viernes, 28 de diciembre de 2007

¿Pollada o evento social?

La Palabra Ingenua 29/12/2007
Por runa, comunidad del río hablador

¿Pollada o evento social?
De Fiscales y desencuentros

¡El Fiscal y el testigo no se podían comunicar! Estaban en la misma sala, hablaban el mismo idioma y se referían a los mismos hechos, pero el Fiscal José Antonio Peláez y Tomás Livias, víctima de la matanza de Barrios Altos, ¡no se podían comunicar! La audiencia de ayer en el juicio a Fujimori ha sido alucinante porque ha mostrado (una vez más) que aquello de las dos repúblicas sigue tan vigente como en el siglo XVII.

Tomás Livias es famoso por haber sobrevivido a los 27 balazos que le dispararon miembros del grupo Colina el 3 de noviembre de 1991. Ahora es doblemente famoso, pues es la primera víctima de las violaciones a los derechos humanos de los 90 que se enfrenta cara a cara con el (que está acusado de ser) autor intelectual de las mismas. Pero más allá de la notoriedad que él hubiera preferido no ganar (tiene una bala alojada en la columna vertebral y sufre de paraplejia), Livias es un hombre sencillo: un vendedor ambulante como miles, un migrante como millones, un peruano común y corriente.

Parece que una cosa tan fácil de entender no forma parte del sentido común del Fiscal Peláez ni de los vocales de la sala que preside César San Martín. El testimonio de Livias empezó con una pregunta del Fiscal cuyo objetivo, supongo, era demostrar que el atentado paramilitar había frustrado sus proyectos. Pero la pregunta estaba, por lo menos, muy mal formulada: “En aquella época, ¿cuál era su proyecto de vida?”. ¿Qué necesidad tienen estos abogados de hablar en difícil? ¿No podían preguntarle simplemente qué planes tenía para el futuro, o qué le hubiera gustado hacer si no lo hubieran dejado en una silla de ruedas?

Como Livias no supo responder a las elucubraciones filosóficas de Peláez, la siguiente pregunta fue más concreta: “¿Cuáles eran sus actividades en aquel entonces?”. Y la respuesta fue también muy concreta, pero ¡sobre otro tema!: “Sí, un compañero de trabajo me había vendido la tarjeta para la actividad profondos agua y desagüe”. Dos significados distintos para la palabra “actividad”: para el Fiscal, es sinónimo de “chamba”; para Livias, es sinónimo de “pollada”.

Luego, uno de los vocales intervino para precisar cuál era la “chamba” de Livias, y le preguntó: “Usted ha dicho que se dedicaba al comercio ambulatorio. Díganos exactamente a qué rubro se dedicaba”. Y Livias empezó a enumerar: “Sí sí, comercio ambulatorio de helados, era albañil, gasfitero...”. En ese momento el vocal le interrumpe y le explica que él no ha pedido que cuente todos los trabajos que ha realizado en su vida, sino que precise a qué se dedicaba en noviembre de 1991. Y Livias insistió: “De todo un poco pues, hasta lustrabotas y emolientero era”. ¿En qué mundo vive ese vocal? ¿No sabe que una inmensa mayoría de peruanos no tiene un trabajo fijo sino que se la tiene que buscar como pueda todos los días? Livias le dictó al doctor una breve clase magistral de realidad nacional.

La última: el mismo vocal quiso saber a qué se refería Livias cuando decía que había ido a la pollada (o a la “actividad”, como prefieran) con algunos compañeros de trabajo: ¿eran todos vendedores de helado? Pero la respuesta era simple: eran amigos que se habían conocido en la calle chambeando en distintas cosas. “Compañeros de trabajo” no son para Livias los demás empleados de una misma empresa, sino las otras personas que salen a parar la olla en la misma zona.

Todos los que participaron de ese interrogatorio utilizaron un lenguaje “elevado” que estaba absolutamente fuera de lugar. La única excepción podría ser Gloria Cano, abogada de la parte civil. Los demás no comprendían que el objetivo de un interrogatorio es obtener información útil, y no demostrar que los abogados hablan bonito. ¡Había un abogado que se rehusó todo el tiempo a decir “pollada” y se refería a la actividad de Barrios Altos como un “evento social”! Al final de la sesión, Livias puso la nota graciosa al asegurar que había visto a Fujimori una vez, antes de que sea presidente, comprando repuestos en La Parada. No sé si será verdad, pero de lo que estoy seguro es que Fujimori tiene mucha más calle que cualquiera de los señoritos vocales y fiscales que por dárselas de cultos no lograron comunicarse con un testigo esencial.

Si para el sistema judicial es tan difícil comunicarse con un vendedor ambulante que vive en un barrio popular de la Lima tradicional, ¿cómo será de lejana la justicia para un quechuahablante o para un asháninka? Si los jueces y fiscales no pueden hablar como una persona urbana común y corriente, ¿a quién le puede sorprender que nadie confíe en la Justicia y que nadie sienta que el Estado es suyo?

Esta no es la distancia entre dos sectores: ni siquiera entre dos países: son dos mundos distintos que no pueden entablar diálogo entre sí. Quizás este juicio es la verdadera Comisión de la Verdad (valga la redundancia). No sólo porque atrae más a la tele que la CVR, ni solo porque confronta a víctimas y victimario, sino porque al ser un proceso que forma parte de nuestra institucionalidad real (qué más real que el Poder Judicial), se desnudan todas nuestras taras y desencuentros. Es una oportunidad fabulosa para mirarnos al espejo y entender por fin qué cosas tenemos que empezar a cambiar. Todo eso más allá del caso judicial concreto, que espero que se resuelva con transparencia y firmeza.

Esta es la última ingenuidad del año, así que aprovecho para enviar mis mejores deseos para los próximos 365 días. ¡Abrazos!

Nota: el documento original ha sido elaborado con OpenOffice.org Writer como procesador de textos. Utilice y difunda software libre: ¡No al monopolio corporativo de Microsoft y compañía!

miércoles, 26 de diciembre de 2007

"Feliz" 2008

Los judíos celebraron el 12 de setiembre el inicio del año 5768.
En el mundo andino, el 21 de junio empezó el año 5515.
El próximo 18 de febrero, los chinos festejarán el año nuevo 4706.
Para los musulmanes, el 10 de enero empezará el año 1429.

¿De qué sirve, entonces, que dentro de 7 días algunos digamos “feliz 2008”?

Que sirva, por lo menos, para presionar “stop” y preguntarnos si la vida nos está llevando por el camino que queremos caminar. Todos los pueblos han reservado un momento del año en el que el tiempo debe transcurrir más lentamente. Que estas “fiestas” no se queden en la locura de la compraventa ni en el bailetón del 31 sino que sean una buena excusa para revisar qué hemos hecho bien y qué podemos mejorar.

Que sirva, también, para darnos cuenta de lo pequeños que somos. Muchas veces actuamos como si la historia empezara y terminara con nosotros. ¿Qué somos para una humanidad que lleva casi 200 mil años caminando? ¿Qué somos en un planeta en el que la vida apareció hace tal vez 3 mil millones de años? El mundo occidental es como un adolescente que tiene que aprender a mirar con respeto a sus abuelos, quienes saben desde hace mucho que solo estamos de paso y que somos hijos e hijas de nuestra pachamama.

Con cariño, mis mejores deseos para los próximos 365 días.
runa (a) Paul, desde la comunidad del río hablador
http://lapalabraingenua.blogspot.com

(Haz clic en la postal para verla en su tamaño original)

lunes, 17 de diciembre de 2007

No se hagan los wones

La Palabra Ingenua 18/12/2007
Por runa, comunidad del río hablador

No se hagan los wones
El capital no tiene patria

Carlos Ferrero dijo: “Lamento que la familia Wong, tan identificada y emblemática (...), haya aceptado esta propuesta que nos despoja (...) de algo que era muy nuestro (...) Poco a poco lo que los chilenos esperan es que el Perú se convierta en una colonia".

Varios años antes, su tocayo Carlos Marx había dicho: “La burguesía ha dado un carácter cosmopolita a la producción y al consumo (...). Con gran sentimiento de los reaccionarios, le ha quitado a la industria su base nacional”.

¡Qué buen ojo! La compra de la tradicional cadena de supermercados Wong por parte de la chilena Cencosud muestra con claridad que el capital no tiene patria. Pero en vez de rasgarnos las vestiduras y de preguntarnos si el Corso de Fiestas Patrias del próximo año será a ritmo de cueca, debemos decir que no hay nada de qué lamentarse.

La ruptura de las barreras nacionales (aquello que en tiempos de Kant y Marx se llamaba “cosmopolitismo” y que ahora llamamos “globalización” como si acabáramos de descubrir el fuego) es una buena noticia. ¿Cómo así? Pues resulta que al atreverse a actuar de forma tan “antipatriótica”, el capital realiza un movimiento de vanguardia que establece condiciones inmejorables para destruir aquella fantasía ideológica que se llama “nacionalismo”. (Sí, sí, ya sé: “fantasía ideológica” es casi una redundancia, pero solo es para que quede clara la idea).

Las patrias no existen: las naciones no existen. Esas son construcciones ideológicas, cuentos que nos han contado para que cantemos los mismos himnos y desfilemos en las mismas fechas. Ahora, con el nuevo negocio de los Wong, los trabajadores que durante años se han visto obligados a vestir como chalanes por 28 de julio tienen motivos para pensar que, en realidad, no había mayor vínculo entre ellos y el señor Erasmo que el estrictamente laboral. El hecho fortuito de haber nacido del mismo lado de la frontera solo servía como excusa para crear una supuesta identidad “nacional” que cohesionara a la organización empresarial. Ahora ellos pasan a ser compañeros de los trabajadores chilenos de Cencosud y de los 85 mil empleados que la empresa tiene en Latinoamérica.

Esta conciencia de que hay un vínculo entre los trabajadores sea cual sea su país de origen es lo que antes se llamaba “internacionalismo proletario”. Es a la reacción (léase, a la derecha “nacionalista”) a la que le interesa que nos creamos que todos los que nacimos en un mismo país tenemos los mismos intereses (que suelen ser los suyos). De esta manera, invisibilizan todo conflicto de clase, de género, étnico, etc, bajo el argumento de la “unidad nacional”. Pues no señores: las luchas son latinoamericanas (y globales) porque los problemas, y las contradicciones sociales, también lo son. Con esto no niego que existen elementos progresivos en el nacionalismo, sobretodo en regiones que han sido (y siguen siendo) sometidas por un poder colonial. Pero son eso: elementos. El nacionalismo, en términos generales, es una corriente reaccionaria.

Una gran pregunta ronda en las cabezas de las y los amas y amos de casa que el día de mañana deberán hacer, inevitablemente y más allá de estas exquisiteces ideológicas, sus compras de la semana: ¿dónde michi compro? Aquellos que no quieran comprarle “a los chilenos” porque de esa manera alientan la “chilenización” de nuestra economía, sí que se encuentran en un grave problema. Cencosud es chilena y ahora es dueña de Wong, Metro y Eco; y Falabella, la dueña de Tottus, también es chilena. Nos quedan Plaza Vea, Vivanda y Santa Isabel, de los banqueros Rodríguez Pastor (dueños de Interbank). Pero, desde nuestra ingenuidad de siempre, pensamos que la mejor alternativa es simple: ¡comprar en los mercados!

Un mercado es la mejor opción. Por un lado, la relación productor-comprador es mucho más cercana que la que se da en un supermercado: si bien no deja de ser importante el rol de los intermediarios, estos son menos, de manera que también es menor la tajada que se llevan del precio final que pagamos. Por otro lado, los productos son más variados y más sanos: en el mercado encuentro papa huayro, chuño, coca y frutas que jamás soñaré encontrar en Wong. Hay quien se queja de que el mercado no es tan limpio ni tan seguro como el “súper”. Pero esto no tiene por qué ser así. Allí donde la cooperativa se pone las pilas y sabe que la competencia es dura, las cosas funcionan muy bien. Por ejemplo, el mercado Ciudad de Dios en San Juan de Miraflores, que recién conocí hace pocas semanas, no tiene nada que envidiar a ningún supermercado; por el contrario, tiene mucho más que ofrecer.

Pero el modelo “mercado cooperativo” es mejor que el modelo “mall” por un motivo adicional: es más democrático. En una cooperativa, todos son dueños; en un súper, uno es dueño y los demás son empleados (muchas veces eventuales...). Hace pocos años privatizaron el mercado municipal de Barranco (¡el colmo!). Recién aquella vez me dí cuenta en toda su magnitud de la diferencia: si allí antes trabajaban un centenar de familias cada una sacando adelante su negocio propio, ahora trabajan quizás un centenar de muchachos sacando adelante el negocio de los dueños de Metro (es decir, ahora, de los “amigos” de Cencosud).

A esta idea podrían darle vueltas los trabajadores del Grupo Wong (por cierto, ¿alquien sabe si tienen un sindicato? He buscado en Internet y parece que no). Tal vez con el tiempo, si se consolida aquello que antes se llamaba “conciencia de clase”, podrían llegar a reclamar la propiedad cooperativa de aquello que ellos mediante su trabajo, y no solamente los señores Wong, han forjado durante décadas.


Nota: el documento original ha sido elaborado con OpenOffice.org Writer como procesador de textos. Utilice y difunda software libre: ¡No al monopolio corporativo de Microsoft y compañía!

martes, 11 de diciembre de 2007

Una (nueva) historia en 3 escenas

La Palabra Ingenua 11/12/2007
Por runa, comunidad del río hablador

Una (nueva) historia en 3 escenas
América latina: una década en el banquillo de los acusados

Escena uno: Alberto Fujimori, desencajado, grita “soy inocente” sin entender cómo es que los peruanos desagradecidos no le rendimos culto por habernos salvado del terrorismo y de la crisis económica. Escena dos: tres países andinos impulsan procesos constituyentes distintos (y con distinto éxito), pero todos en la línea de fortalecer el rol económico del Estado y de los espacios comunitarios. Escena tres: siete países sudamericanos firman el acta de fundación del Banco del Sur, una especie de banco cooperativo multiestatal en el que cada miembro tiene un voto independientemente de su aporte de capital. ¿Qué ha pasado en América latina?

Fujimori es un personaje perfecto para los años 90, década que encarna a la perfección junto con Carlos Saúl Menem, Gonzalo Sánchez de Lozada, Carlos Salinas de Gortari y otros ilustres personajes. Pero no encaja en la década de los 2000 en la que América latina le ha dado la espalda a las políticas que estos señores implementaron de la manito de la CIA y el Fondo Monetario Internacional. Pero al menos Fujimori gobernó en concordancia con el contexto regional. En cambio Alan García siempre lo hace todo al revés: es estatista en pleno neoliberalismo y neoliberal luego del fracaso estrepitoso de ese modelo. En realidad parece que los políticos peruanos no entienden nada de lo que ha pasado en la región. Así que vamos a ayudarles un poquito.

Durante los 90 se impuso un modelo que, más que por medidas específicas (ajuste fiscal, privatizaciones, etc: las conocemos de paporreta), se caracteriza por un rasgo general: la política fue desplazada por la economía. Ante la crisis, los “expertos” decidieron que había llegado el momento de ocuparse de nuestros asuntos. Los programas políticos desarrollistas fueron rebajados a la categoría de “sueños bonitos”, inservibles para la ciencia “exacta” de la economía “consensuada” en Washington. Pero para destruir el “Estado elefantiásico” y los intereses corporativos a él articulados, se requería de la mano dura de los militares y, sobretodo, de mucha maña para neutralizar a la sociedad civil y a las organizaciones populares.

Pues bien: la política está de vuelta. Y resulta que las organizaciones sociales, que habían sido perseguidas y cuyos dirigentes habían “desaparecido”, siguen aquí vivitas y coleando. La transformación que ha tenido la región en estos últimos años no se reduce a la elección de presidentes de signo político parecido: por el contrario, estas elecciones sólo son el resultado del rol protagónico que han asumido los movimientos sociales y las organizaciones civiles.

Eso es lo que pensaba el lunes mientras veía a Gloria Cano y a Carlos Rivera, de APRODEH y del IDL respectivamente, asumiendo la defensa de las víctimas de la guerra sucia fujimorista; y a Gisela Ortiz mirando a la cara al hombre que mandó asesinar a su hermano. Ellos han sido protagonistas de la resistencia durante años, y son ejemplo vivo de que sí tiene sentido organizarse y denunciar los abusos del poder. Sinceramente, cuando yo gritaba “¡el chino a Yanamayo!” en las marchas contra Fujimori en el 2000 lo tomaba sólo como una consigna justa, pero no como una sanción factible. La fe y la convicción de los organismos de derechos humanos nos dan una lección a todos: sólo la sociedad civil organizada puede encargarse de que la justicia se haga efectiva.

Cuando el tribunal que juzga a Fujimori entró en receso, cambié de canal y encontré a Cristina Fernández agradeciendo, con la voz quebrada, el ejemplo de las madres de Plaza de Mayo que “se atrevieron allí donde nadie se atrevía”. En Argentina ya se derogaron las leyes de obediencia debida y punto final, también gracias al punche y a la organización popular.

Pero los movimientos sociales no solo han logrado llevar ante los tribunales a los corruptos y a los violadores de derechos humanos. También han logrado que se hagan realidad algunas de sus propuestas programáticas. Quizás el mejor ejemplo es la formación del Banco del Sur. Esta noticia ha sido invisibilizada por los medios de comunicación peruanos (¡viva la libertad de expresión!) cuyo análisis chato es que se trata del “banco de Chávez”. ¡Plop! El “banco de Chávez” ha sido fundado por los presidentes de Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Uruguay y Paraguay, y Colombia y Chile han manifestado públicamente su intención de participar en el proceso. La perspectiva de largo plazo es la de conformar un sistema financiero integracionista que, entre otras cosas, comprendería una moneda única. Además, se espera que progresivamente las reservas internacionales de la región sean depositadas en este nuevo banco. América latina tiene 111 mil millones de dólares en reservas, casi todas en bancos de EEUU donde rinden un interés bastante bajo. Esos mismos bancos nos prestan dinero a tasas de interés mucho más altas, lo que, como dijo Chávez el fin de semana, es “de tontos”. Ya nos podemos imaginar el pánico que le produce a EEUU que en los próximos años más de 100 mil millones de dólares salgan de su sistema financiero.

Pero lo más notorio de esta propuesta es que surge desde la sociedad civil (por eso es tanto más risible el mote estúpido de “banco de Chávez”). Hace ya varios años los movimientos sociales que trabajan el tema de la deuda externa vienen proponiendo la conformación de una “arquitectura financiera” distinta, y la idea de fondos regionales que puedan ser alternativas frente al fracaso del FMI y del Banco Mundial ha sido lanzada en innumerables documentos y foros. Hoy, que el Banco del Sur es una realidad, los movimientos siguen atentos para que este instrumento cumpla con sus objetivos originales. Por ejemplo, las organizaciones vinculadas a la campaña contra el ALCA hicieron pública una carta abierta donde plantean propuestas concretas.

El único país que está fuera de esta iniciativa es el Perú. ¡Es una vergüenza! Todos nuestros políticos y los medios de comunicación celebran la aprobación del TLC (¿?) y no dicen ni pío sobre el Banco del Sur. Alan García se pone de espaldas a la historia. ¿Podemos permitir que un Presidente arrogante y ciego se mantenga al margen de un proceso que a todas luces es estratégico, más allá de que uno sea de derecha, de izquierda o marciano?

No puedo dejar de mencionar los tres procesos constituyentes que tienen o han tenido lugar en estos días en Ecuador, Bolivia y Venezuela. La redacción de nuevas Constituciones también tiene que ver con el rol protagónico de las organizaciones populares. El año 2000 participé de un evento en Bolivia en el que la CSUTCB, un poderoso gremio campesino, tenía como consigna la convocatoria a una Asamblea Constituyente para refundar el país e incluir a los pueblos originarios. Hoy, Bolivia está por someter a referéndum la primera Constitución Política elaborada con la participación de una mayoría indígena -a pesar del sabotaje de la derecha, que ha buscado por todos los medios el fracaso de la Asamblea. Ecuador, por su parte, está en los inicios del proceso, y Alberto Acosta -el impulsor de la iniciativa de “dejar el petróleo bajo tierra” y uno de los que ha trabajado desde hace años el tema de la arquitectura financiera regional- ha sido elegido de manera unánime como Presidente de la Asamblea. Por su parte, Venezuela ha conseguido que su Constitución antineoliberal que fue aprobada en 1999 sea ¡por fin! asumida y defendida hasta por la derecha. Debo decir, por cierto, que estoy muy contento de que la reforma autoritaria propuesta por Chávez haya sido rechazada y, también, por el hecho de que el oficialismo haya aceptado su derrota. Pero es una pena que se haya mezclado la paja con el trigo y que no se haya votado la reforma por ejes temáticos separados. De esa manera, rechazar despropósitos como la reelección indefinida y la concentración de poderes ha significado también rechazar reformas progresivas como la reducción de la jornada laboral, la prohibición de la discriminación por orientación sexual y la ampliación del concepto de propiedad.

Estamos en un nuevo tiempo en el que la sociedad civil tiene suficiente fuerza como para hacer realidad sus exigencias de justicia, sus propuestas económicas y hasta sus diseños de Estado. Estos procesos no están sepultando el capitalismo: tan solo están dejando atrás el neoliberalismo, esa versión radical, antinacional y corrupta de la economía de mercado. Aún nos quedan muchas batallas por librar a los que creemos que el capitalismo, además de ser injusto, está llevando al planeta derechito al abismo. Pero esta semana densa nos deja una imagen muy gráfica de lo que está pasando en nuestra región: mientras Fujimori y su década neoliberal y antipolítica están en el banquillo de los acusados, América latina está construyendo las bases para un futuro diferente.


Nota: el documento original ha sido elaborado con OpenOffice.org Writer como procesador de textos. Utilice y difunda software libre: ¡No al monopolio corporativo de Microsoft y compañía!

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Ilegalización de la coca: entrevista a Baldomero Cáceres y Manuel Seminario

Hoy RPP entrevistó a Manuel Seminario, de la empresa naturista Maná Integral, y a Baldomero Cáceres, reconocido estudioso de la hoja de coca. Ellos expresaron su sorpresa e indignación frente a la decisión del Gobierno de ilegalizar la harina de coca. La entrevista completa está en este link.

También puede verse en este link la investigación y la denuncia sobre la orden a ENACO y DIGESA de sacar del mercado los productos en base a harina de coca. Con esta medida, el Gobierno cierra las puertas a una industria alternativa y solo está beneficiando al narcotráfico y perjudicando a campesinos, microempresarios y consumidores de la hoja. Todo por presiones norteamericanas, aparentemente vinculadas a la ratificación del Tratado de Libre Comercio.

martes, 27 de noviembre de 2007

Urgente: Gobierno ilegaliza industria alternativa de la coca

Alan García es como el perro del hortelano, que no chaccha ni deja chacchar. Aparentemente guiado por presiones norteamericanas, el Gobierno ha tomado la decisión de ilegalizar la industria alternativa de la hoja de coca (harina y todos sus derivados: kekes, galletas, turrones...). Así lo prueban dos documentos enviados en setiembre por instancias que dependen del Ejecutivo. Los rumores indican que la ilegalización empieza en enero.

Copio investigación realizada para Indymedia Perú. En la noticia original hay más documentos e información. Pronto, más novedades.

Alan García es como el perro del hortelano, que no chaccha ni deja chacchar

Gobierno ilegaliza la industria alternativa de la hoja de coca

  • Medida solo beneficiaría al narcotráfico

  • Detrás estarían presiones de EEUU

Escribe: runa

Los hechos

Tengo en mis manos copia de dos documentos que comprueban que el Ejecutivo ha decidido ilegalizar la industria alternativa de la hoja de coca.

El primer documento es el oficio 2300 del 14 de setiembre de este año. Se trata de una carta que dirige FONAFE a ENACO. Antes de enredarnos con tantas siglas conviene precisar que el Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (FONAFE) es la entidad “encargada de normar y dirigir la actividad empresarial del Estado” y depende del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Es decir, son los mandamases de todas las empresas públicas y dependen del Ejecutivo. Por su parte la Empresa Nacional de la Coca (ENACO) es una de estas empresas propiedad del Estado, la única autorizada para comprar hoja de coca a los campesinos y para venderla a los privados que quieran comercializar productos hechos a base de esta planta.

La carta dice lo siguiente: “ENACO puede producir y comercializar productos derivados de la hoja de coca que tengan fines exclusivamente médicos o científicos; o en su defecto productos derivados que no contengan ningún tipo de alcaloide”.

¿Qué quiere decir esto? ¿Cómo se come? ¿A qué va Martín Alfonso Sifuentes, director ejecutivo de FONAFE, cuando le envía esta carta a la empresa que tiene el monopolio legal de la coca?

Para entender los alcances de esta “precisión” o, más bien, de esta orden que el Gobierno le ha dado a ENACO, conviene mencionar el segundo documento que tenemos en manos.

Se trata de otra carta, remitida esta vez por la Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA, dependiente del Ministerio de Salud) a la empresa “Agroindustrial Nueva Vida”. Esta empresa había solicitado que se apruebe el registro sanitario de un producto que quería empezar a comercializar: la harina o polvo de hojas de coca micropulverizadas. ¿Cuál es la respuesta de DIGESA? La siguiente: “actualmente se viene elaborando la resolución de salud que regulará los productos derivados de hoja de coca (...) y entre las consideraciones se tiene la no inscripción de la harina de hoja de coca, por lo cual no es posible el registro de su producto; respecto a los ya emitidos serán sujetos a cancelación”.

Así de simple. La guerra “contra las drogas” (en realidad, la guerra contra la hoja de coca) se ha trasladado al campo comercial: ahora se trata de erradicar ya no solo los cultivos, sino la venta de un producto que se había popularizado rápidamente por sus cualidades medicinales y alimenticias: la harina de coca. No hay pierde: ENACO no la producirá y DIGESA no permitirá que privados la produzcan.

Pero el efecto no será solo la desaparición del mercado legal para este derivado, sino para casi toda la industria alternativa que tiene en la harina de coca su principal insumo: galletas, panetones, turrones, entre otros.

¿Qué hay detrás?

La carta de FONAFE señala que estas medidas surgen tras reuniones que se habrían llevado a cabo entre esta entidad y ENACO, Devida (la institución “antidrogas”) y los Ministerios de Salud y de Relaciones Exteriores.

Ambas cartas citan como argumento para esta medida la famosa Convención Única de Estupefacientes de Naciones Unidas de 1961. El artículo 27 de dicha convención dice a la letra: “se autoriza el uso de la hoja de coca para preparación de agentes saborizantes que no contengan ningún alcaloide”. La harina o polvo de hojas de coca micropulverizadas, al no ser otra cosa que la hoja de coca entera, tostada y molida, contiene los catorce alcaloides de la coca, incluída la cocaína, en las pequeñas proporciones que nos ofrece la naturaleza. Pero esto basta para que las Naciones Unidas prohiban su circulación.

Sin embargo, hay un detalle más, bastante esclarecedor. La carta de FONAFE incluye un último párrafo donde afirma que “la participación y el cumplimiento del Gobierno del Perú de los citados Convenios contribuyen a la obtención de apoyo técnico y económico para la lucha nacional contra el narcotráfico y para el desarrollo del país”. Es decir, esta medida no es gratuita: hay presiones internacionales detrás. ¿De dónde pueden venir estas presiones? No de Europa, seguramente, que tiene una postura bastante mas abierta en este tema. Con toda probabilidad se trata de presiones de EEUU, el país que, no se sabe si por ignorancia o por negocio, está más interesado en esta “guerra” contra las “drogas”. ¿Ha habido recientemente alguna oportunidad para que EEUU pueda presionar al Gobierno? Nuestras fuentes aseguran que esta prohibición formaría parte de las condicionalidades vinculadas a la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC).

Las respuestas

Los consumidores, los productores y los comercializadores se encuentran muy preocupados ante esta situación. Hace pocos días enviaron una carta a la Defensoría del Pueblo para solicitarle una reunión en la que se aborde este tema. La carta la firmaron el doctor Sacha Barrio por parte de la Asociación Peruana de la Hoja de Coca (APEHCOCA), Manuel Seminario de la empresa Maná Integral, Pedro Pablo Pérez Baylón por parte de los gremios cocaleros agrupados en la CONPACCP, y reconocidos estudiosos como Baldomero Cáceres.

Hablamos con Manuel Seminario, quien nos explica. “En la carta de DIGESA son claros al decir que los permisos a las personas que tenemos autorización sanitaria van a ser suspendidos. Entonces todos nos convertiríamos en ilegales . ¿Sabes lo que le pasa a una empresa cuando te cierran el circuito de un día para otro? Te llevan a la quiebra”.

Además, Manuel nos explicó que no tiene sentido prohibir la venta de harina de coca y seguir permitiendo la circulación de los mates filtrantes, porque el proceso de fabricación es el mismo: “Si tú mueles la hoja con una saranda gruesa te sale el filtrante y si lo mueles con una saranda fina te sale la harina... es lo mismo, estamos hablando del mismo alimento que va a tener por supuesto alcaloides. Esta orden es inconsistente, no tiene ni pies ni cabeza. ¿Cual es la diferencia? La molienda, no hay otro ingrediente mas...”.

Por último, Manuel nos puso sobre aviso al contarnos que lo mismo ha ocurrido en Colombia, donde el Gobierno mandó decomisar todos los productos de la empresa Coca Nasa, que fabricaba la gaseosa CocaSek, así como filtrantes, herina, turrones y otros. La empresa, con 7 años en el mercado, fue llevada de manera forzosa a la quiebra.

Los verdaderos frutos de la coca

¿A quién beneficia y a quién perjudica esta medida?

En primer lugar, ¿favorece de alguna manera a la dichosa “lucha antidrogas”? No, porque ilegalizar los productos alternativos (que tienen tan buena acogida) solo significa más hojas a disposición del narcotráfico.

Al desaparecer un mercado alternativo, al campesino solo le van a quedar las opciones de siempre: por un lado ENACO, que le está pagando cerca de dos soles el kilo de hoja, y por el otro el narco, que le paga hasta diez soles.

Pero con el crecimiento de la industria alternativa y si se le permitiera al productor cocalero vender directamente la harina de coca en el mercado, obtendría mucha más ganancia. Por ejemplo ENACO está vendiendo el kilo de harina a 25 soles, y algunas tiendas lo venden a mucho mayor precio. Es decir, con esta medida el único beneficiado es el narcotráfico, y el primer perjudicado es el campesino cocalero. Además, salimos perjudicados los consumidores de harina, y los comercializadores.

Cabe anotar, por último, que un reciente trabajo de la Unidad de Post Grado de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Marcos ha concluido lo siguiente: “La harina de coca es una excelente fuente de calcio de origen vegetal y de fácil comercialización, ya que no requiere cuidados como la espinaca y el brócoli. El consumo de la harina de coca por vía oral garantiza la depuración de los alcaloides por la saliva, jugos gástricos e intestinales. La aceptación ancestral de su consumo facilitaría la prescripción de la harina de coca como complemento nutricional para incremento de ingesta de calcio”. Los autores de la investigación son las doctoras Cecilia Melba, Victoria Pumacahua y María Luisa Véliz.

Así que, desde aquí, solo nos queda (por el momento) hacer la denuncia y pedirle a Alan García que no sea como el perro del hortelano, que no chaccha ni deja chacchar.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

¡Muchas gracias Björk!

Me animo a compartir algunas apreciaciones muy personales, cosa inusual en esta columna.

No soy el más indicado para hablar de música. Siempre me consideré una persona sin oído y sin talento musical. Soy muy ignorante en este campo: conozco poco y lo poco que conozco lo conozco a medias. Además, tengo un gusto casi exclusivamente pasadista, y considero que desde fines de los 70 no se ha vuelto a hacer nada realmente bueno en ningún género, salvo algunas excepciones. Y una de esas excepciones tocó ayer en Lima: Björk Guðmunsdóttir.

Fue difícil para mí “compartir” a Björk con las cuatro mil personas que estuvieron anoche en el Museo de la Nación. Es que su música, desde que la escuché por primera vez hace cerca de diez años, es una experiencia íntima. No es el tipo de música con la que se baila en las fiestas, ni aquella que uno esperaba oír y corear en un concierto. Con Björk no se poguea; no canto sus canciones cuando estoy en la ducha. Solamente la escucho en mi tranquilidad, como si me susurrara al oído.

Pero ayer tuve que armarme de valor y cambiar la magia de la intimidad por la excitación del placer colectivo, de la orgía. Durante la primera mitad del concierto estuve atónito, mirando de lejos a esa china chata que derramaba gracia al caminar por el escenario. No me movía: boquiabierto, solo empezaba a procesar que ella era real, que estaba allí, que no era una creación de la tele sino una persona de carne y hueso... Solo al final, cuando parecía que se había ido y que todo había terminado, caí en la cuenta de que ¡nunca más la iba a ver en persona! Y por fin dejé de lado la incomodidad de la multitud (que el de adelante te tapa, que el del costado te da un codazo, que el de atrás canta desentonado como si uno fuera para escucharlo a él y no a Björk...). Y empecé a saltar como un loco y a gritar con los demás ¡olé, olé olé olé... Björk, Björk! Hasta que regresó para interpretar dos últimos temas. Primero, la quietud de The Anchor Song. Tan solo la calma que precedió a la tormenta de Declare Independence. La explosión. Finalmente, sus inesperados gritos de “¡viva la revolución!” y su esforzado “muchas gracias Lima”. Y luego, el público abandonando poco a poco el lugar, comentando, riendo, emocionado, excitado... Aún quedamos algunos observado el escenario vacío, trantando de digerir con una que otra lágrima que se escapaba lo que acabábamos de vivir durante cortos 80 minutos.

Y es que con Björk he comprobado lo que alguien a quien quiero me dijo hace años: la música habla sola. Uno no tiene necesidad de comprender el texto para vincularse emocionalmente, para conectarse con lo que el tema transmite. Björk, con la sola rareza de su voz, toca fibras muy profundas y hace lo que quiere: te remueve el espíritu, te lo llena, te lo vacía y te hace creer.

Anoche entendí que la idolatría no solo existe, sino que tiene un sentido. ¿Qué nos haríamos sin estos seres nacidos humanos, como nosotros, pero que a punta de talento aprenden a conversarnos con el lenguaje del alma y adquieren, así, una categoría superior?

Pd.- La foto es de La República

domingo, 11 de noviembre de 2007

Que viva el Rey


"¿Por qué no te callas"?, dijo el Rey. Y los súbditos aplaudieron al tiempo que agachaban la cabeza; y al día siguiente se publicó en todas las esquinas el edicto Real que mandaba callar a uno de los administradores de las colonias de ultramar.

No: la noticia no es del siglo XVI. Es de ayer, sábado 10 de noviembre del 2007. La Cumbre Iberoamericana fue escenario de un agrio intercambio de palabras entre dos Presidentes elegidos por sus pueblos: José Luis Rodríguez Zapatero, de España, y Hugo Chávez, de Venezuela. Todo hubiera quedado ahí si no fuera porque el Rey Juan Carlos de España se equivocó de siglo y, de puro metiche, él, que no representa a nadie, calló en público a Chávez. Extraigo la noticia de El Comercio: ""¿Por qué no te callas?", le gritó el Rey a Chávez apuntándole con el dedo".

Juan Carlos de Borbón es un resto viviente de la Edad Media que sigue vigente sólo porque el fascismo lo impuso como condición para "facilitar" la transición luego de la muerte de Franco. ¿Qué hace un Rey callando en público a un Presidente? Allá los españoles si ellos aguantan que alguien cuyo único mérito es ser hijo de su papá (es decir, apellidarse "Borbón") cumpla funciones políticas. Los latinoamericanos no tenemos por qué aguantarnos arranques monárquicos. Ya nosotros libramos décadas de guerra para no tener que tragarnos los caprichos del Rey de España... ¡hace casi 200 años! Es inaceptable que venga un reyezuelo a dictaminar qué puede decir y qué no puede decir un Presidente latinoamericano. Ubícate Juan Carlos: tu único papel es el que imprimen las revistas del corazón. Por cierto, encontré en este blog español la foto que ilustra este post y una nota divertida sobre su majestad el Rey

La postura que uno tenga con respecto a lo que pasa en Venezuela, en este caso, no tiene nada que ver. La figura no cambiaría en el supuesto (negado) de que el Rey hubiera callado a Michelle Bachelet o a Álvaro Uribe o a Alan García. Claro, seguramente en ese hipotético caso la reacción de El Comercio o de La República sería muy distinta: cuando hay que chancar a Chávez todo vale. Pero aquí hay que separar la paja del trigo y ver con claridad que esta es una falta de respeto de tufillo colonial.

¿Y cuál fue el motivo para el exabrupto de Juan Carlos? Que Chávez le dijo fascista al fascista de José María Aznar. Sí pues: la diplomacia es el arte de hacer negocios y no decir las verdades. Sin duda es también una torpeza de Chávez crear un impase diplomático innecesario. Es obvio, además, que Zapatero tenía que salir a defender a su adversario político Aznar porque, si no, de regreso a España la derecha del Partido Popular le iba a caer encima. Pero diplomacias a parte, el PP es el partido que reivindica el franquismo. Además, Aznar fue quien embarcó a España en la Guerra Santa del fascista de George Bush cuando junto con Italia y Gran Bretaña decidieron conquistar Irak.

Ayer había leido la noticia en Internet, y me sentí indignado. Pero esta mañana me sentí cien veces más indignado cuando ví que los titulares de todos los periódicos levantaban con aplausos la pachotada del Rey. Así de chata es la visión de los dueños de los medios de comunicación (porque, nunca está de más decirlo, lo que vemos en los quioscos no es una supuesta "opinión pública" sino la opinión privada de los señores mercachifles de la prensa). Igual de chata es la reacción de nuestro Presidente, quien corrió a "expresar su solidaridad" con Juan Carlos. ¿Su solidaridad? ¿Pero quién ha ofendido al Rey? La discusión de Chávez era con Zapatero. ¡Fue el Rey quien ofendió a los americanos libres con su arranque decimonónico! Pero Alan García, en su esquizofrenia, decidió utilizar esta vez su personalidad de vasallo. Hace solo dos días estaba en abracitos con Hugo Chávez hablando de petróleo: cuando se trata de negocios, las diferencias políticas son lo de menos. Pero a la hora de las dignidades, el corazoncito de Alan está con la Corona Española.

lunes, 5 de noviembre de 2007

¡Qué tal con...stitución!

La Palabra Ingenua 05/11/2007
Por runa, comunidad del río hablador

¡Qué tal con....stitución!

Este artículo va dedicado a todxs lxs que, como yo, ven con simpatía el proceso “bolivariano” que se desarrolla en Venezuela pero que no han leído y quizá no lleguen a leer el proyecto de reforma constitucional aprobado por el legislativo y que será sometido a consulta popular dentro de poco. Va dedicado con especial cariño a mis hermanxs venezolanxs, que son finalmente quienes decidirán hacia dónde conducen la que ha sido llamada alguna vez “la revolución bonita”.

Entusiasmado, ingresé a la página de la Asamblea Nacional de Venezuela y descargué tanto la Constitución vigente (de 1999) como el proyecto de Reforma aprobado para saber de qué iba. Leí artículo por artículo la versión original y la modificada, anotando los cambios más importantes. Los resultados de ese trabajo han dado lugar a un documento de comparación: invito a quien quiera entrar en detalles a revisar dicho documento aquí. Así que me excuso de hacer un análisis exhaustivo y quedo libre para comentar mi apreciación general y las preocupaciones que me asaltan. Antes de comenzar debo aclarar que no he leído ni un solo comentario ni a favor ni en contra (más allá de la monserga que sale todos los días en los periódicos); y que no soy abogado y tengo nociones muy elementales de derecho constitucional; así que lo que sigue son únicamente mis opiniones. Como ciudadano latinoamericano, las comparto.

Primero, un breve resumen. A grandes rasgos son cuatro tipo de reformas: las políticas, las socioeconómicas, las de política internacional y las de promoción de la organización popular.

Las reformas políticas tienden a exagerar el presidencialismo y el centralismo. Se restan facultades a los Gobiernos municipales y estadales, y a otros órganos públicos, y se las trasladan al Presidente. Se la ponen más fácil a la Asamblea Nacional para nombrar y suspender magistrados, fiscales y otros órganos electorales y de control: antes se requería de la aprobación de dos tercios de legisladores; ahora podrán hacerlo por mayoría simple. Al mismo tiempo, se la ponen más difícil a los ciudadanos que quieran presentar iniciativas legislativas o de referéndum o revocatoria, pues en todos los casos se ha aumentado el porcentaje de electores que deben presentar una solicitud para ello. Además, hay algunas reformas de carácter inocuo, como reducir la edad para votar de 18 a 16 años; y un par que sí son avances: se exige la paridad de género en las organizaciones y cargos políticos, y se incorpora una mención explícita al derecho a no discriminación por orientación sexual. Por último, se eliminan los límites a la posibilidad de reelección presidencial.

Las reformas económicas establecen un nuevo régimen y lo denominan “socialismo”. Uno de los cambios concretos: se ha eliminado la siguiente frase: “la inversión extranjera está sujeta a las mismas condiciones que la inversión nacional”. Como sabemos, esta supuesta “igualdad de trato” era una exigencia ideológica del neoliberalismo: casi una religión durante los años 90. Otros cambios concretos: se elimina la autonomía del Banco Central, con lo que el Presidente podrá usar recursos provenientes de las reservas internacionales para promover el desarrollo socialista de la Nación; se prohibe la privatización total o parcial del petróleo y se considera estratégica la administración estatal de los recursos naturales y servicios públicos; se promueve con mucho énfasis la producción comunitaria a través de cooperativas, empresas sociales, etc; y se constitucionaliza la existencia de varios tipos de propiedad además de la privada: la propiedad social, la colectiva, la pública y la mixta. También se declara de interés la soberanía alimentaria, se prohibe el latifundio y se fomenta la expropiación de tierras ociosas para pasar a manos de asociaciones de productores. Además, las reformas económicas incluyen la ampliación de algunos derechos. El derecho a la vivienda y la ciudad son garantizados a través de créditos públicos y la prohibición del desalojo; y los derechos laborales se fortalecen con la reducción de la jornada laboral a 6 horas y la creación de un fondo de seguridad social para los autoempleados.

Las reformas de política internacional son más sencillas. Se establece que la diplomacia venezolana estará orientada a la democratización de los organismos internacionales y a la creación de un mundo multipolar sin ningún tipo de imperialismo. Y, sobre Latinoamérica, se establece como objetivo no solo la integración sino la “confederación”, a fin de crear un bloque de poder regional.

Por último, un amplio espectro de reformas está dedicado a promover la organización popular. Se incorpora a la Constitución el llamado “Poder Popular”, la base de todos los poderes, que se organiza mediante Asambleas y consejos locales. Estos organismos tendrán participación en las decisiones municipales y estadales; serán invitados por el Ejecutivo y el Legislativo para dar su opinión; podrán ejecutar proyectos económicos y de desarrollo gracias a una partida propia de al menos 5% del presupuesto nacional. Además, se promueven muchos mecanismos para la creación de empresas comunales, cooperativas y otras fórmulas de participación directa. Esto va de la mano con un reordenamiento del territorio, en el cual las células básicas serán las comunas y las ciudades autogobernadas. Lo malo es que no se detalla mucho acerca del funcionamiento de estos mecanismos.

Ese fue el reumen. Quizás es un poco largo... pero siendo 69 artículos, creo que es comprensible.

Ahora bien, ¿a dónde va esta reforma? Es evidente que el objetivo es radicalizar el camino que ha tomado el Gobierno, y ponerle candados constitucionales. Pero la pregunta es: ¿a dónde conduce este camino? He escuchado que las acusaciones de la oposición son que con esta reforma se pretende instaurar el “socialismo”. ¡A nadie debe sorprender esto! Es el objetivo expreso de la reforma, y, además, la promesa que hiciera Chávez cuando ganó las últimas elecciones. En ese marco, hay cosas excepcionalmente buenas. La promoción de muchos tipos de propiedad comunitaria, el apoyo a iniciativas económicas alternativas, la adhesión a conceptos de comercio justo, la ampliación de los derechos sociales, la organización popular como base de todo poder... Y no puedo dejar de festejar la reducción de la jornada laboral. Si quieren detalles sobre por qué esto es formidable para ir superando las contradicciones del capitalismo y promover el pleno empleo, recomiendo leer los últimos textos de Carlos Tovar, Carlín.

Sin embargo, me veo obligado a reconocer abiertamente que, si fuera venezolano y tuviera que votar en bloque sobre esta propuesta, tendría que marcar el casillero del “No”. Las reformas económicas no son tan maravillosas como para justificar las reformas políticas, que aparecen como absolutamente inmotivadas. No es una necesidad para “el socialismo” hacerle más fácil al oficialismo el nombramiento y suspensión de jueces, fiscales y contralores. No hay ninguna necesidad de aumentar las vallas para la iniciativa ciudadana de referéndum: al contrario, con ello se contradicen los objetivos de “participación”. No hay explicación para reconocer un “Poder Popular” local y, al mismo tiempo, transferir un montón de funciones de los gobiernos locales al Ejecutivo. Tampoco hay ninguna garantía de que los fondos utilizados para promover los proyectos del “Poder Popular”, que serán administrados por el Presidente, no serán usados para reproducir formas de clientelismo. El rol y funcionamiento de dicho “Poder Popular” y de las “organizaciones sociales” no es suficientemente detallado, con lo que hay una enorme discrecionalidad para que terminen siendo aparatos para apoyar las iniciativas del Presidente. Por otro lado, en lugar de apostar por transformar la burocracia estatal para ponerla al servicio de la revolución, opta por constitucionalizar las “misiones” sociales, que también dependen del Presidente. Estas debían ser respuestas de emergencia, no soluciones de largo plazo.

En resumen, el camino por el que parece estar optando el Estado Bolivariano es confiarle todo el poder al Presidente. El socialismo ya transitó antes por esos caminos, con resultados lamentables. Decía que empecé a leer la propuesta de reforma con entusiasmo; cuando terminé, no podía estar más decepcionado. Yo temía encontrar varias iniciativas progresivas y, “de contrabando”, despropósitos como aquel de la reelección. Fue al revés: encontré decenas de artículos destinados a fortalecer las atribuciones presidenciales y a “denfender” la revolución; aquellos que “instauran” el “socialismo” son menos y están poco detallados, quedando muchas veces en declaraciones de principio. En todo caso, se podría alegar una honesta “buena voluntad” de construir un Estado de bienestar que garantice todos los derechos socioeconómicos a los ciudadanos y con fuerte énfasis en la inicativa colectiva... pero bajo el control indiscutible de Hugo Chávez.

No solo me preocupa lo que ocurra con el proceso bolivariano, que es finalmente creación heróica del pueblo venezolano y es a este al que le corresponde lucharla hasta el final para que no le roben su revolución. Me preocupa, también, lo que puede ocurrirle al proceso latinoamericano. Hoy como nunca, nuestra patria grande está (¿re?)conquistando su independencia. Experimentos de cooperación regional como la ALBA, basados en la complementación y el comercio justo; la recuperación del control sobre nuestros recursos naturales; la posibilidad de tener un Banco de Sur (recomiendo el artículo de Javier Diez Canseco sobre el tema) que sea nuestro propio instrumento de fomento del desarrollo... Muchos de estos cambios aún dependen del impulso firme que reciben de parte del Gobierno venezolano. Miro al otro lado y veo a Alan García proponiendo terminar de entregarle los recursos naturales el poder financiero transnacional. ¿Esas son las dos opciones que tenemos?

Es una noticia verdaderamente triste que el proyecto personal, napoleónico más que bolivariano, de Hugo Chávez, tienda a arruinar esta oportunidad histórica de demostrar que otro socialismo es posible. Un socialismo que no sea neoliberalismo maquillado (como el chileno), pero que tampoco sea reedición de desvaríos caribeños.

Pero bueno, como siempre, la lucha continúa.

Nota: este documento ha sido elaborado con OpenOffice.org Writer como procesador de textos. Utilice y difunda software libre: ¡No al monopolio corporativo de Microsoft y compañía!

viernes, 2 de noviembre de 2007

Ladran, Jorgito

¿Así le dirá nuestro quijotesco Presidente (aunque ya haya perdido la figura de antaño) a su fiel escudero? Si la oposición que desde las calles reclama cambios en las políticas de Gobierno es como el "perro del hortelano", que no come ni deja comer, entonces para Alan García los paros y movilizaciones en curso y los que se vienen no serían otra cosa que "señal que avanzamos". Lo que va muy bien con el lema publicitario del Ejecutivo: "El Perú avanza". Pero, a juzgar por los últimos planteamientos de García, que consisten en volver al Perú de los años 20 con la tierra y los recursos en pocas manos transnacionales, deberíamos decir, como los microbuseros: el Perú "¡avanza pa' atrás!".

Aquí, solo una recopilación de algunos de los ladridos más notorios que en los últimos días han respondido a la patadita presidencial:

Raúl Wiener escribió "El can de las transnacionales": "El artículo (de Alan García) resume las posibilidades del Perú en los siguientes términos: (1) millones de hectáreas de madera selvática; (2) millones de hectáreas de tierra en poder de las comunidades; (3) riquezas mineras como en ninguna otra parte del mundo, explotadas al 10%, y posible petróleo y gas bajo las áreas protegidas; (4) mar hinchado de pesca y múltiples caídas de agua para la generación eléctrica; (5) millones de trabajadores por formalizar y alumnos por educar. Un país potencial, al que se opondrían los adversarios de la modernidad, de las grandes inversiones trasnacionales. (...) No seamos”perros del hortelano”, equivale a preguntarnos a todos: qué hacemos defendiendo propiedades, ambiente, derechos, cultura, cuando todo lo que tenemos se lo podría estar comiendo el hortelano trasnacional".

Pedro Francke, en "El síndrome del perro de presa", explicó cómo el artículo de Alan demuestra que al Gobierno le basta con el Perú primarioexportador y no le interesa promover la industria y la investigación. "Según García, los peruanos pobres y excluidos son como el “perro del hortelano”, que no come ni deja comer. Alan García escribe como si todos estuviéramos invitados a la mesa de las extraordinarias ganancias mineras o petroleras, que comen y dejan comer. Pero bien sabemos que no es así, que falta empleo y que las riquezas naturales de la Nación terminan en unos pocos bolsillos. Mas bien la política de García y las mineras es la del “perro de presa”, actuando para apropiarse del recurso y no compartirlo con nadie, y olvidándose del gran reto económico moderno: crear valor".

Sinesio López, en La República de hoy, ha publicado "El Zorro de Abajo. En defensa del perro del hortelano", en donde demuestra cómo el modelo que "propone" Alan es solo el regreso al viejo Estado oligárquico. "Lo escrito por García (...) lo ubica en el polo opuesto de "El antiimperialismo y el Apra" y otros escritos fundacionales del partido de Alfonso Ugarte. (...) Me sorprendió asimismo que García escribiera como si estuviera descubriendo la pólvora cuando en realidad está repitiendo lo que ha pensado la derecha desde siempre, particularmente la oligarquía. El modelo de desarrollo de la oligarquía fue la economía de exportación basada en la explotación de los abundantes, diversos y ricos recursos naturales, extraídos por la mano de obra que no siempre fue asalariada (...) y que siempre fue barata. ¿Cuál es la diferencia entre el modelo económico oligárquico y el que propone García? En realidad, casi ninguna".

Nelson Manrique, en Perú.21, publicó el artículo "El perro del hortelano y el plato de lentejas", donde muestra con algunos ejemplos latinoamericanos como nuestro antiimperialista Presidente llega tarde al festín neoliberal. "Alan García está atrasado. Brasil, México, Venezuela, Ecuador y Colombia mantienen el control de su petróleo. Argentina y Bolivia -que lo privatizaron- están de regreso. Chile, que no tiene petróleo, ha creado la empresa estatal ENAP y su filial Sipetrol, que explota campos productores “en Argentina, Ecuador y Egipto (nada menos), donde produce 24,000 BD. Además, está presente en Colombia, Irán y Yemen” (...) Es legítimo preguntarse de dónde ha sacado el Estado chileno el dinero. Pues, de su cobre, porque ni a Pinochet se le ocurrió privatizar su principal recurso natural, y gracias a ese nacionalismo la estatal Corporación del Cobre de Chile, Codelco, ha aportado a su fisco US$15,785 millones entre el 2004 y el 2006".

Y, por supuesto, recomiendo leer el propio artículo de Alan: "El síndrome del perro del hortelano".

Solo para continuar con el debate y los ladridos. Por cierto, desde aquí hago la invitación a todos los que quieran ladrar de manera colectiva a la Jornada Nacional de Protesta que están convocando la CGTP, los Frentes Regionales y diversos gremios, y que en Lima se iniciará en la Plaza 2 de Mayo a las 10 am el jueves 8 de noviembre. ¡Guau!

miércoles, 31 de octubre de 2007

El síndrome del estatizador arrepentido

La Palabra Ingenua 31/10/2007
Por runa, comunidad del río hablador

El síndrome del estatizador arrepentido

¡Alan! ¡Qué bueno que por fin te hayas animado a explicarnos a dónde va tu Gobierno! Con ese artículo tan bueno que has escrito el domingo 28 en El Comercio, ¡por fin tenemos con quién debatir! Espero que comprendas mi emoción: casi durante un año y medio de tu segunda presidencia no sabíamos con quién debíamos discutir: había tantas contradicciones entre los rollos de los distintos funcionarios, y más aún entre vuestros rollos y vuestra práctica, que uno quedaba desconcertado. Y, bueno, en tu último mensaje a la Nación nos atosigaste con cifras y datos duros que no permitían comprender el kid del asunto. Pero ahora has delineado punto por punto tu estrategia para el desarrollo del país, y no puedo sino felicitarte por eso. Te confesaré, además, que es mucho más interesante comentar tus nuevas posturas sobre política económica (tan distintas de tus tiempos de estatizador de la banca) que investigar por qué demonios tus ministros no pueden comprar ni una bomba lacrimógena.

La primera pregunta que me surge es qué hubiera pasado si el contenido de tu artículo del domingo hubiera sido tu propuesta de campaña en las elecciones. Ya pues hombre: en lugar de plantear que la segunda vuelta era entre el salto al vacío y el “cambio responsable”, nos hubieras dicho con franqueza que tu opción era la de radicalizar las reformas que impuso Fujimori en los 90. Cuando asumiste la presidencia anunciaste pomposamente el fin de las privatizaciones. Hubiera sido más transparente de tu parte decir “se acabaron las privatizaciones de empresas porque ya rematamos todo. Ahora viene la privatización de los bosques, la tierra, el subsuelo y el mar”.

Tarde, pues, compañero. Pero más vale tarde que nunca. Así que habremos de responderte y continuar con el debate que ha iniciado ayer en La República Pedro Francke. Pero antes de contarte lo que pienso sobre tu plan estratégico de venderlo todo al mejor postor, déjame pedirte un favor: la próxima vez que quieras iniciar un debate con los que no pensamos como tú, trata de no decirnos ni “perros” ni “comechados” ni “grupúsculos”. ¿Puede ser?

Lo primero que te diría es que tus propuestas no son tan novedosas que digamos. Desde que Raymondi dijo eso de que el Perú es un mendigo sentado en un banco de oro venimos oyendo hasta el cansancio que somos unos tontos o unos flojos que no sabemos usar nuestros recursos. “Que me den más sin que yo haga ningún esfuerzo”: esa frase es de tu último artículo. ¿Esa es la visión que tienes de los peruanos, tus gobernados, aquellos a quienes representas?

Lo segundo que te diría es que siempre llegas tarde, compañero. Cuando el neoliberalismo ya había hecho su ingreso arrollador en América latina, a tí se te ocurre estatizar la banca. Y ahora que más bien está de retirada y que a todos nuestros vecinos les ha quedado claro que el Estado debe cumplir un papel muy activo para orientar la inversión, a tí se te ocurre plantear la privatización de todo.

Porque, ojo, lo que estás planteando se llama privatización. En tu artículo dices que las concesiones, que son figuras por las cuales el Estado entrega un recurso en usufructo a un privado por un tiempo y en unas condiciones determinadas, no han servido para nada. Y propones bien clarito que lo que se necesita es la propiedad. Es decir, que cosas que ahora son públicas o tienen muchos dueños (los bosques, la tierra, el subsuelo, el mar) deberían pasar a unas pocas manos privadas. Y para ponerlo más bonito nos dices “empresas colectivas”, como para que no creamos que quieres favorecer a los malos capitalistas de siempre. ¡Ja! ¡Que buena! Tus “empresas colectivas” son los “fondos de pensiones”: las AFP. Es decir, tu propuesta consiste en vender los recursos de la Nación a Dionisio Romero, al BBVA o a la AFP del gordito simpático de Raúl Vargas.

Si tu propuesta es que unos pocos grupos económicos transnacionales que tengan en propiedad los recursos naturales para ponerlos “en valor”, pues eso ya lo hemos tenido antes. Por ejemplo, durante la República Aristocrática: para luchar contra ese modelo nació el APRA. Otro ejemplo: el odriísmo; ese fue el contexto de las guerrillas surgidas (también) en el seno del APRA Rebelde. Es decir, lo hemos tenido casi siempre y tamaña concentración de la propiedad no se ha traducido en bienestar para la población, lo que ocasiona contradicciones de clase muy fuertes, golpes, revueltas y revoluciones. Además, se trata de un modelo de desarrollo artificial, que nos hace dependientes del precio internacional de las materias primas. Pedro Francke señala que tu artículo demuestra que no te interesa promover la industria: para tí es suficiente que venga el capital extranjero a invertir en este país primarioexportador.

Tu primer ejemplo es la Amazonía. Planteas, para la extracción de madera, algo que probablemente nadie puede contradecir: “respetemos los bosques vírgenes (...) pero comencemos por los 8 millones de hectáreas que han sido convertidos en desierto” por la tala. ¡Bacán! A lo Antonio Brack, reforestamos, vendemos y la hacemos linda. Solo anoto dos elementos. Uno: ¿cómo te vamos a creer lo de “respetar los bosques vígernes” si acabas de presentar un proyecto que recortaría la reserva de Candamo para facilitar la extracción de petróleo? Dos: dices “comencemos”. ¿Por donde continuamos, señor ideólogo?

Sobre la amazonía dices también que hemos “inventado” al nativo no contactado. ¿Inventado? ¿Inventado? Oye, al menos podrías chequear las noticias: hace solo un mes pudimos ver imágenes de nativos en aislamiento voluntario cerca a la frontera con Brasil. Por último, afirmas que no deberíamos dejar que el petróleo peruano se quede “bajo tierra”. Pues bien: en Ecuador están promoviendo hoy día la figura de dejar el petróleo “bajo tierra” a sabiendas de que mucho mayor valor tienen los bosques si no se les destruye con la explotación del crudo. ¿Sabes por qué? Porque el petróleo es un recurso arcaico, obsoleto, que poco a poco representará el pasado de la humanidad (a menos que querramos que represente la tumba de la humanidad). Si tu propuesta de desarrollo consiste en entregarle la selva a las petroleras y zurrarte en los críticos porque, según tú, solo sabemos inventar obstáculos porque nos gusta joder... entonces tú estás en el siglo pasado.

Dejemos de la selva su encanto y analicemos tus planes para la sierra. Allí hay tres recursos que te apetecen y que no te dejamos comer: la tierra, los minerales y los ríos. Para la tierra lo que propones se llama contra-reforma agraria. Yo estoy seguro que muchos estarán felices: los antivelasquistas, los que creen que fue la reforma agraria (y no la crisis de la deuda, la destrucción del modelo de sustitución de importaciones, la guerra interna o esos pequeños detalles) lo que jodió al Perú. No voy a defender aquí la reforma de Velasco porque no viene al caso y porque supongo que para todos es evidente que la repartición de la tierra no significa de manera automática socialismo ni desarrollo. Menos aún cuando se hace tan antitécnica y burocráticamente como en el gobierno militar. Pero sí te voy a contar lo que vi hace poco con mis propios ojos y que me dice suficiente sobre los efectos de la concentración de la propiedad de la tierra. Estuve hace menos de un mes en Ica, en el caserío llamado “Camino de Reyes”, donde casi el 100% de las tierras es propiedad de “unos ingenieros”, como me decía la población. Allí se produce uva de la que se hace vino y pisco; también se cultiva espárragos y alcachofas que son para exportar. Casi todos los pobladores de Camino de Reyes trabajan allí, a destajo: los llaman cuando hay campaña y les pagan 12 soles por 12 horas de chamba, de 5 de la mañana a 5 de la tarde. No hay sindicatos. Tampoco hay agua ni desagüe. La única presencia del Estado es un colegio primario, unidocente y multigrado. Para los pobladores, la gran concentración no ha traído mucho beneficio que digamos: allí son los ingenieros los que se lo comen todo y no dejan comer a nadie más. ¿O pobreza o injusticia? ¿Esa es la dicotomía triste que nos planteas? No, Alan, así no son las cosas: hay formas de crear riqueza en equidad.

Un detalle, por cierto: es una mentira histórica decir que fue el Virrey Toledo quien “creó” la comunidad campesina. Toledo (el virrey) inventó las reducciones, pero la comunidad como forma de tenencia de la tierra es muy anterior. Y tampoco te creas que eres el primero que quiere destruirla: ese rollo de individualizar la propiedad lo venimos escuchando desde que Bolívar y San Martín quisieron “modernizarnos” e implantar el “liberalismo”. Y hasta ahora sigue allí, a pesar de todo. ¿Por algo será, no?

¡Y la minería! Según dices, es un tema del siglo pasado discutir si la minería contamina o no el medio ambiente. Pues no, fíjate: denuncias por contaminación minera las hay HOY DÍA en Estados Unidos (sí, sí), en Sudáfrica, en Indonesia, en Venezuela... ¡en todas partes! Si tú crees que no contamina allá tú: no es una cuestión de fe. Pero hay algo en lo que sí tienes razón: “eso depende de lo estricto que sea el Estado en la exigencia tecnológica”. Y justamente ha sido tú Gobierno, este año, el que ha relajado las exigencias para las mineras. ¿Cómo te vamos a creer, por favor? Otra cosa en la que tienes razón: en la mayoría de casos, el principal problema no es la contaminación sino la mínima participación de la localidad en los beneficios económicos que se generan con sus minerales. Pero ¡fuiste tú quien no se atrevió a poner el impuesto a las sobreganancias que habías ofrecido en campaña! Preferiste pasar el sombrero y crear un fondo que las propias mineras administrarán según les parezca. No te pases, pues: ¿ahora tú hablas de “negociar mejor”?

Para continuar dándote la razón, concluyo con los ríos. Dices, y es cierto, que ampliar la generación hidroeléctrica es una excelente opción pues se trata de energía “renovable, casi eterna y limpia”. Bacán. Lo que no comprendo es la necesidad de plantear modelos privatistas para ello. Dices: “eso tienen que hacerlo grandes capitales privados o internacionales que necesitan una seguridad de largo plazo para invertir miles de millones (...) Pero el perro del hortelano (sic) dice: ¿Por qué van a hacer dinero con nuestras caídas de agua? Mejor que lo haga el gobierno regional. Pero no dicen con qué dinero”. Pues sí: ¡mejor que lo haga el Gobierno regional! ¿Sabes por qué? No es un capricho: se trata de que hay algunas cosas que son mercancías (las medias, los caramelos, las computadoras) y otras cosas que son bienes públicos y necesidades sociales. Los ríos son bienes públicos; la energía, una necesidad social. Si es posible que ese tipo de bienes sea administrado por la colectividad, es mucho mejor. Y en el caso de la energía eléctrica eso es harto posible. ¿Con qué recursos, dices? A ver, dos ideas. Unos recursos se llaman canon, regalías e impuesto a las sobreganancias. Y otros recursos se llaman cooperación sudamericana: por ejemplo, si el Perú decidiera formar parte de la excelente iniciativa del Banco del Sur podríamos invertir en infraestructura de interés regional, como están haciendo Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador, Bolivia... Solo son dos sugerencias, como para apoyarte, ya que parece que por la edad estás falto de ideas y no te queda más que seguir los consejos de tus amigos Julio Favre y Aldo Mariátegui.

La cosa es clara: tu plan estratégico es entregar nuestros recursos naturales en propiedad a grandes grupos económicos transnacionales. Según tú, eso va a generar desarrollo. Además, según tú, “esa es la apuesta al futuro y lo único que nos hará progresar”. Según miles de peruanos más, que apostamos por el cambio y no por la radicalización del “neoliberalismo”, sí hay otras salidas y es posible otro desarrollo, con equidad, con generación de riqueza y en un proceso de integración subregional.

Nota: este documento ha sido elaborado con OpenOffice.org Writer como procesador de textos. Utilice y difunda software libre: ¡No al monopolio corporativo de Microsoft y compañía!

sábado, 27 de octubre de 2007

¡Ay Caral! Feliz 13 aniversario

La Palabra Ingenua 27/10/2007
Por runa, comunidad del río hablador

¡Ay Caral!
Feliz
aniversario: el proyecto Caral-Supe cumple 13 años cambiando la historia del Perú

Acabo de llegar a Lima emocionado luego de conocer la ciudad de Caral, que según las investigaciones en curso es la más antigua de América. Antes que nada quiero enviar desde aquí un enorme abrazo y unas felicitaciones a todo el equipo de arqueólogos y técnicos del Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe, que el día de hoy (27 de octubre) cumple 13 años de trabajos. Los festejos tuvieron lugar este viernes y sábado, e incluyeron un pago a la tierra, danzas, actividades culturales, comida y (lo más importante para los misios como yo) ingreso y guiado gratis. Aprovecho para mandar un saludo especial a Miguel, poblador caralino y trabajador del proyecto, quien nos guió el día de hoy.

Mi emoción por haber conocido esta Ciudad de 5 mil años de antigüedad proviene, claro, del hecho de que la arqueología siempre ha sido una de mis (no tan secretas) pasiones. En la época de la elección vocacional, luego de algunas dudas, opté por dedicarme a testimoniar el presente... pero siempre me quedó el bichito por el “periodismo de la historia”, la arqueología, que es la que nos permite conocer la vida cotidiana y las cuitas de quienes pisaron esta tierra mucho antes que nosotros.

Pero más allá de esta pasión muy personal, mi vivo interés por conocer Caral y todo lo que allí se está investigando proviene del hecho de que la historia del Perú que yo estudié en el colegio y, luego, en la universidad, ha sido puesta de cabeza. Cuando yo era feliz e indocumentado, como diría Gabo García Márquez, la historia del Perú antiguo empezaba nebulosamente con un período formativo cuyas expresiones más complejas eran Sechín o Kotosh. Luego, seguía el “primer horizonte”: Chavín. Es decir, la historia de la civilización andina empezaba en la sierra y alrededor de 3400 años atrás.

Ahora, 13 años de excavaciones en Caral nos vienen a revelar que esta sociedad compleja que coordinó a 20 centros urbanos y realizó intercambios con la costa, la sierra, la selva y con poblaciones de la zona ecuatorial tiene nada menos que 5 mil años de antigüedad. La primera reacción cuando a uno le dicen que la cuna de la cultura andina había sido contemporánea a las sociedades egipcia o mesopotama responde a un natural infantilismo chauvinista: un irrefrenable orgullo con mayor sustento histórico que la declaración de Machu Picchu como “maravilla” moderna. Aún falta mucho por investigar y los arqueólogos de Caral son muy cautos en no aventurar hipótesis que no tengan cómo sostener. Falta, además, un fino trabajo para reelaborar la línea de desarrollo de la civilización andina y explicarnos cómo encaja Caral en la historia que nos habían contado. Pero a los hinchas que miramos desde la tribuna el trabajo de los investigadores no nos queda más que aplaudir con emoción y gritar apasionadamente este golazo arqueológico.

Pasada la emoción infantil, lo que me han contado hoy mientras caminaba entre las arenas del valle de Supe me provoca algunas reflexiones sueltas. Una de ellas es sobre qué significado tiene este descubrimiento en nuestra manera de ver al Perú. Nuestro país, lo sabemos, está partido en dos: por un lado está “lo andino”, “lo provinciano”, “lo serrano”; por otro, en situación de tensión y conflicto, está “lo europeo”, “lo limeño”, “lo costeño”. Como en la época colonial, “la república de indios” versus “la república de españoles”: más allá de lo compleja y dinámica que es nuestra realidad cultural (sobretodo en nuestros tiempos), esta oposición dual sigue muy presente. Las últimas elecciones así lo demuestran. Por eso, me pregunto, ¿qué efectos puede tener en nuestra autopercepción como país el saber que la civilización andina tiene su origen a 4 horas de la ciudad de Lima? Por más tonto o elemental que suene, la costa -que ha sido “reconquistada” por los pobladores de la sierra durante las últimas 4 décadas, como lo demuestra la historia de Lima, de Chimbote, de Ica y de casi todas las ciudades del litoral- es tan andina como la papa huayro. Ya las investigaciones de Cerrón Palomino nos habían mostrado que la lengua quechua había nacido en la costa central. Pero hoy tenemos una evidencia concreta, tangible -pétrea- del origen costeño del mundo andino, que tal vez ayude a des-esencializar algunos relatos nacionalistas.

Por otro lado, pensaba en cuánto tenemos aún que aprender de la forma en que nuestros abuelos (en el sentido más amplio) se organizaron. Con Caral confirmamos que la civilización andina tenía 5 mil años (o más) aprendiendo a dominar nuestra difícil geografía. Esta ciudad fue ocupada durante mil años, así que podemos imaginar la cantidad de fenónenos del Niño, sismos y friajes que habrá tenido que soportar. Los caralinos supieron muy bien cómo responder a los desafíos que les puso nuestra pachamama, gracias a técnicas como la construcción sismo-resistente. Pero, además de la “tecnología”, hay una clave en el desarrollo del mundo andino: la cooperación. Como John Murra ya señaló, la posibilidad de acceder al máximo de recursos de diversos pisos ecológicos es fundamental en una geografía como la nuestra, que nos ofrece diversidad pero no extensión de terrenos cultivables. Los caralinos producían algodón, pallares, calabazas y frutas; pero gracias al intercambio obtenían pescado, ají, mullu, material combustible y otros bienes desde el litoral, la sierra, la selva y el norte. Un detalle muy importante: aún no se han encontrado (al menos no en una cantidad relevante) armas. Es muy probable que la violencia haya jugado un rol en esta sociedad. Pero la evidencia indicaría que no fue un rol determinante. Como es recurrente en otras culturas andinas, la guerra era un instrumento, pero las alianzas políticas y la cooperación recíproca eran un mecanismo mucho más exitoso para el desarrollo de las sociedades complejas.

¡Ah! Lo que sí se ha encontrado es vastos juegos de instrumentos musicales de viento: flautas, antaras y silbatos en hueso de pelícano y de venado. Una ciudad alegre, musical y festiva, ¡claro que sí!

Por último, he quedado muy impresionado porque, al menos desde fuera, Caral parece funcionar como debería ocurrir con todos los proyectos arqueológicos. El Estado (gracias a Paniagua) se puso las pilas y le asignó un presupuesto propio que les ha permitido ampliar sus perspectivas. Además, se ve rigor y cariño por el proyecto y, quizá más importante aún, un vínculo con la localidad. Aparentemente la apuesta es que los pobladores del valle de Supe sean los primeros en reconocer el valor de la ciudad, y que por lo tanto la defiendan y la cuiden. Hay un énfasis especial en involucrar y capacitar a la población local, la mayoría de técnicos y guías son de la zona y el proyecto busca insertarse en el plan de desarrollo del valle como un elemento estratégico.

¡Bravo por los responsables del proyecto y por cada uno de los trabajadores que lo sacan adelante! ¡Feliz 13 aniversario!

Aquí termino. Solo recomiendo que se animen a conocer la cuna de la civilización andina. Es muy fácil llegar: en Abancay o en Fiori salen unos carros que cobran en promedio 10 soles hasta Supe y demoran 3 horas. En Supe se toman unos colectivos que por s/. 3.50 y en una hora de viaje dejan en el camino a Caral. De allí son solo 15 minutos a pie. Se recomienda llegar por la mañana, porque hay mucho por conocer y los carros de regreso solo salen hasta las 4 de la tarde. ¡Ah! Normalmente se cobra ingreso y guiado, pero ¡vale la pena! Para mayores informes, nada mejor que visitar la propia página web del proyecto: http://www.caralperu.gob.pe

Nota: este documento ha sido elaborado con OpenOffice.org Writer como procesador de textos. Utilice y difunda software libre: ¡No al monopolio corporativo de Microsoft y compañía!


+Bonus track: algunas fotos de la visita:

Fogón ritual, circular, con canaleta para la entrada del aire y alimentado con "pumpush", una planta combustible traída de la sierra.








Miguel, un excelente trabajo de guiado.







El "anfiteatro" circular, donde se realizaban reuniones, ceremonias y, también, tocadas con instrumentos de viento.








La Pirámide mayor, con sus cuatro grandes y enigmáticos monolitos.

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