lunes, 30 de junio de 2008

Vladimiro, tu ego te pierde

Vladimiro,

Tu encuentro de hoy con Arberto, luego de ocho años en los que no se han visto las caras (pero sí han hablado por teléfono y han intercambiado comunicaciones, ¿o crees que somos tarugos?) ha sido uno de los eventos más divertidos de los últimos años. Todos lo esperábamos con ansias. Pero, ¿3 HORAS DE INTERROGATORIO? Tanto tiempo esperando y, ¿3 horitas de nada? Ay tío, te pasas, nos dejas con la mermelada en los labios.

Bueno, el análisis sesudo se lo dejo a los sicólogos. A los sicólogos, digo, porque creo que en realidad contigo los análisis políticos están de más. Estás sepultado junto con tu proyecto de autoritarismo corrupto y subordinado a EEUU. Ya estás condenado a 20 años de cárcel, y estás tan quemado que nadie va a mover un dedo por tí. No tienes juego político, y por eso tu última esperanza es salir a limpiar a Arberto, quien tiene al menos algunos congresistas...

Pero en cambio los análisis sicológicos... ¡qué delicia contigo! Esas guiñaditas, esas risitas, ese dedo señalador, ese tono de voz impositivo y la manera como mirabas a Arberto luego de cada intervención... No comprendí si estabas buscando su aprobación o, más bien, estabas tratando de adivinar su reacción. Y la soltura con la que Arberto se carcajeó cuando dijiste eso del café y de Máximo San Román... Pude leer en la frente de nuestro ex presidente y hoy presidiario un pensamiento fugaz y nostálgico, algo así como "puta, me había olvidado lo cague de risa que era este tío".

Pero Vladimiro: tu ego te pierde, otra vez. Te hago notar dos momentos en los que tu estrategia se te fue al diablo por culpa de tu soberbia.

Primero, cuando estabas hablando del coronel Córdoba (me perdonarás si me equivoco de apellido, aquel que se fue a Ecuador para hacer un trabajo de inteligencia). Primero dijiste "YO lo envié a esa misión, yo le hice que se quede tantos meses y yo le dije que regresara en tal fecha". Con eso, echaste por la borda tu táctica inicial de aparecer como "subordinado" que solo daba "sugerencias" y que no tenía "mando" ni "comando". Al toque el fiscal te hizo notar tu incongruencia y rectificaste: "yo le pasé la voz de que había chamba y él postuló, y aquí la institución lo designó para irse a Quito".

Y luego, cuando hablaban de tu cuñado Cubas Portal. El fiscal te preguntó si habías presionado a un jefe de una institución militar para que le diera chamba. Y tu respuesta fue algo como "pero para qué iba a ir donde el peón si yo tenía acceso directo al patrón". Y explicaste que te referías al entonces ministro de Defensa. Minutos antes habías sostenido que tú no tenías potestad ni siquiera para proponer, que te limitabas a "sugerir". Pero nuevamente, la soberbia te traicionó.

Y es que si tu línea de defensa es hacerte pasar por mosquita muerta, entonces ¿dónde metes todo ese ego grande como un tumor que acumulaste durante 10 años, al tiempo que hacías crecer también tu billetera y el tamaño de tus crímenes? Es natural que se te escape.

domingo, 29 de junio de 2008

5 preguntas sobre el Paro

La Palabra Ingenua 30/06/2008
Por runa, comunidad del río hablador

5 preguntas sobre el Paro

A nueve días del Paro Nacional que han convocado organizaciones sociales y políticas, el presidente de la CONFIEP, Jaime Cáceres Sayán, no logra entender las razones de la medida. Aquí le enviamos nuestro ingenuo aporte, en versión “todo lo que usted siempre quiso saber sobre el Paro y nunca se atrevió a preguntar”.

Pregunta uno: ¿El Paro es político?

¡Claro que sí! Es una demostración pública de desacuerdo con las políticas del Gobierno. ¿Cómo podría no ser un hecho político?

La “acusación” de que la medida tiene motivaciones “políticas” es un facilismo que recuerda las épocas de la antipolítica. La cosa es recontra simple: Alan García ha apostado por un modelo en el que el gran capital extranjero es el protagonista de un crecimiento económico basado en la extracción de recursos naturales. Los que convocamos y/o apoyamos el Paro buscamos un modelo diferente pues consideramos que éste es injusto e insostenible. Eso, disputar el modelo de desarrollo, es hacer política.

Los que lanzan esta “acusación” quisieran que el Paro tenga unas cuantas demandas específicas que puedan ser negociadas. Por ejemplo ahora Jorge del Castillo quiere modificar un punto del Decreto Legislativo 1015 para que los gremios agrarios no acaten la medida. Pero si hablamos de normas, hablemos de los 102 decretos que el Ejecutivo ha emitido hasta ahora excediendo las atribuciones que el Congreso nunca debió darle, y que configuran toda la apuesta política del Gobierno. ¿Está Jorge del Castillo dispuesto a negociar todos estos puntos?

Si no es así, mejor que no convoque a ninguna reunión y que acepte que, aunque le duela, el Paro avanza.

Pregunta dos: ¿el Paro se está desinflando?

La semana que pasó, Jorge del Castillo se reunió con algunas organizaciones importantes y afirmó que 25 gremios habían descartado participar en la jornada del 9 de julio.

Veamos el caso de los dos gremios más importantes que “desconvocaron” al Paro: CONVEAGRO y la Junta Nacional de Usuarios de Riego. En primer lugar, habría que decir que ninguna de estas organizaciones convocaba al Paro, así que mal podrían desconvocarlo. Y en segundo lugar hay que precisar que nadie esperaba demasiado espíritu combativo de ellas. La Junta suele retirarse rápidamente de cualquier medida de fuerza: no está dentro de quienes cuestionan la política general del Gobierno, sino entre quienes busca negociar puntos específicos. En tanto, el presidente de CONVEAGRO, Luis Zúñiga, postuló al Congreso el año 2006 en representación del Partido Aprista, cosa perfectamente legítima pero que nos sugiere qué actitud podíamos esperar de él.

El Paro no se está desinflando. Muy por el contrario, es probable que sea uno de los más fuertes en los últimos años, y eso explica la desesperación del Gobierno por firmar acuerdos con todo el mundo esta semana. He tenido la oportunidad de participar en la convocatoria al Paro en mercados de Villa El Salvador, y he podido comprobar que la temperatura de la calle es muy diferente de la que quisiera el Premier. El primer día una señora me recibió el volante y me dijo: “¿es contra el Gobierno? Dime qué día y a qué hora y allí estaré con mi esposo y mis hijos”. Luego, un señor a quien debíamos “concientizar” nos estuvo explicando con lujo de detalles que en Bolivia, Ecuador y Chile el gas es más barato que en Perú, lo que es un abuso porque aquí somos productores, y que todo eso se debe al contrato firmado con Camisea, que el Gobierno no quiere revisar. Una más: hoy, un transeúnte que trabaja en albañilería contó que había sido contratado en una obra en la casa del ministro Garrido Lecca, quien habría gastado 800 mil dólares para ponerse un jacuzzi y una piscina. Por supuesto, no puedo confirmar la información. Pero el señor estaba indignado, según me dice la amiga que conversó con él, y pidió material de difusión sobre el Paro para llevarlo a sus compañeros.

Así que aunque Del Castillo diga lo contrario... el Paro avanza.

Pregunta tres: ¿para qué hacer un Paro, si la economía va tan bien?

¿La economía va bien? Claro, va recontra bien. Las empresas mineras ganaron en los últimos dos años 2500 millones de dólares que no esperaban. El producto bruto está creciendo a un ritmo cercano al 10%, y según el INEI, la pobreza se redujo en 5% el 2007. Sin embargo, el 71% de los encuestados por la PUCP piensa que su situación económica está igual o peor que antes, y el 86% de los mismos cree que la distribución de la riqueza en el país es injusta o muy injusta.

El problema no es si la economía va bien o no va bien, sino si va bien para quiénes y a qué costo. ¿Por qué hay diferencias entre los números de INEI y la percepción de la gente? Porque ambas cosas pueden ser ciertas al mismo tiempo: aumenta la producción, pero las ganancias se concentran en pocas manos; muchos salen de la pobreza monetaria, pero gracias a que ingresan temporalmente a trabajos inestables, sin derechos y mal pagados.

Pero hay otros puntos en la Plataforma, además de los económicos. Para muchos delos que participaremos en el Paro, es especialmente importante rechazar la criminalización de la protesta, lograr la derogatoria definitiva de los decretos que la amparan, como el 989, 983 y 989, y exigir la libertad de todos aquellos que están presos o procesados por sus ideas y la justicia para los asesinados en movilizaciones sociales. Otro tema clave es nuestra soberanía, sobretodo en relación a la probable instalación de una pista de aterrizaje norteamericana en nuestro país.

Todas estas demandas son justas y legítimas, y por eso el Paro avanza.

Pregunta cuatro: mucho se protesta pero, ¿acaso tienen propuestas?

¡Claro que hay propuestas!

El sanbenito que repiten incesantemente los voceros del Gobierno es que no hay propuestas. Debemos señalar que un Paro es una medida de fuerza, y no un evento programático. Debemos señalar también que la jornada es convocada por una variedad de organizaciones sociales y políticas que, hasta el momento, han logrado construir cierta unidad en la acción pero aún no algo como un “programa de Gobierno” común.

Sin embargo, propuestas sobran: casi cada organización convocante tiene la suya. Por ejemplo, según dijo Juan José Gorriti en una reunión hace poco, la CGTP hace suyo el documento programático de la Conferencia Nacional de Desarrollo Social, CONADES, un encuentro de ONG y gremios que tiene una década discutiendo políticas alternativas de participación, redistribución y derechos. Para muchos es muy tibia, mientras que desde el punto de vista de los empresaurios es ultra-radical. Y así como Gorriti suscribe una propuesta, dentro de la Coordinadora Político Social que convoca al Paro se encuentran también los Partidos: el Nacionalista, el Socialista, el Comunista del Perú y el Comunista Peruano, entre otros, cada uno con sus propuestas electorales.

Sin duda, todas las organizaciones convocantes suscriben la búsqueda de alternativas que pongan la riqueza nacional al servicio de las personas, que hagan valer todos los derechos para todos, que descentralicen el poder y no solamente la administración, y que promuevan la mayor participación social en las políticas públicas.

Así que, también con propuestas, el Paro avanza.

Pregunta cinco: y después del Paro, ¿qué?

Es la pregunta del millón, como siempre. Si la medida es contundente y masiva, el Gobierno quedará en una posición un tanto más débil que, eventualmente, le obligará a negociar algunos puntos. Pero nadie puede pretender que existirá un antes y un después del Paro del 9 de julio. Este es tan solo un momento en un proceso de recuperación del movimiento social y de construcción de una fuerza alternativa que pueda encabezar la resistencia contra el modelo económico. Y el reto es mayor en Lima, pues las regiones ya han demostrado de sobra qye están hartas del modelo.


Nota: este documento ha sido elaborado con Ubuntu como sistema operativo y OpenOffice como procesador de textos y ha sido colgado en Internet usando Firefox como navegador. Todos son sistemas de software libre con código abierto y elaborados colectivamente por la comunidad de usuarios a nivel mundial. Otra economía, cooperativa, libre y solidaria, no solo es posible: ¡ya está siendo construida!

sábado, 21 de junio de 2008

¡Kusi mosoq wata!

La Palabra Ingenua 21/06/2008
Por runa, comunidad del río hablador

¡Kusi mosoq wata!

Ayer, 20 de junio, tuvo lugar el solsticio de invierno del 2008, según el calendario gregoriano, y se inició el año nuevo 5516 en el mundo andino. Antes que nada, ¡kusi mosoq wata!, es decir, ¡feliz año nuevo! Vamos a aprovechar esta excusa perfecta para hablar de un tema que aunque no es de coyuntura, sí es de enorme actualidad: los aportes que el pensamiento andino ha sembrado para ser cosechados por la humanidad en momentos en que la histórica revolución occidental ha llegado, por así decirlo, a sus “límites máximos permisibles”.

No puedo escribir nada exhaustivo sobre el pensamiento andino porque mis conocimientos al respecto son aún muy escasos. ¡Eso es un escándalo! Soy un hombre andino, que ha crecido al pie de los andes y que ha sido criado, como todos los peruanos, en el marco de culturas que permiten ver por todas partes la influencia andina. Sin embargo, en el colegio nadie me enseñó que existía algo así como un “pensamiento” andino: había un folklore andino, eso sí, con danzas muy bonitas. En la universidad tampoco estudié esta vertiente, ni siquiera en mis cursos de filo-sofía, que en griego significa, si no me han engañado, “amor por la sabiduría”. No comprendo qué tipo de amor es este que hace que ciertas sabidurías permanezcan invisibles.

Lo que sí puedo hacer es contar los motivos por los que estoy convencido que el pensamiento andino tiene respuestas para las principales preguntas que la humanidad se está haciendo hoy día. En este artículo solo pretendo resaltar algunos de estos motivos.

Y en primer lugar, vamos a decir cómo es esto de que existe un año nuevo andino. El “año” es un ciclo. El “año nuevo”, que tiene un origen agrícola, es el reinicio de ese ciclo marcado por el solsticio de invierno: es el momento en que vuelve a empezar la siembra. Pero ojo: no estamos hablando “solo” del mundo campesino. Como dice Armando Marileo, autoridad del pueblo mapuche, es un momento en el que “somos testigos de uno de los episodios más relevantes que acontece en la madre tierra, que permite que se inicien nuevas vidas en la naturaleza”.

En el hemisferio norte, esto ocurre hacia el final de aquel mes que llamamos diciembre. Pero es un error pensar que este ciclo se produce al mismo tiempo en todo el planeta. Para el hemisferio sur, es decir, la otra mitad de La Tierra, el solsticio de invierno ocurre, dependiendo del ciclo lunar, en algún momento entre el 18 y el 24 del junio gregoriano. Entre esas fechas hay celebraciones tradicionales en América, África, Asia y Oceanía. Pero son “folklore”, porque el año nuevo “verdadero”, es decir, el nórdico, es en enero: ese es el extremo del eurocentrismo disfrazado de globalización multicultural. Marileo, en su artículo publicado este 18 de junio, llama a reivindicar esta fecha: “ya es tiempo de dar otro paso y anunciar al mundo que el Hemisferio Sur tiene su propio Año Nuevo acorde con los ciclos naturales de éste lado del planeta”.

Los maestros del mundo andino han reconstruido una contabilidad según la cual este año sería el 5516. El origen de esta cifra: 516 años desde la hecatombe de la conquista, más un supuesto de 5 mil años de historia... que tras descubrimientos como Caral no ha hecho sino confirmarse. Este mundo andino, amazónico, quechua, aymara, maya, mapuche, guaraní, este mundo indígena cuyos filósofos, pensadores, sacerdotes, curanderos, astrónomos y sabios de todo tipo han sido perseguidos durante 500 años, tuvo cinco mil años previos para hacerse las mismas preguntas que todos nos hacemos a lo largo de nuestras vidas: ¿qué miércoles hacemos en este mundo? ¿hemos venido para algo? ¿qué debemos hacer? ¿en qué debemos creer? Solo el racismo más puro, disfrazado de academicismo, puede pretender que las respuestas que se han trabajado desde este marco cultural son menos válidas o menos interesantes que las que se trabajaron en Europa. Sin embargo, aún resulta “polémico” para algunos hablar de una filosofía indígena.

Solo voy a reseñar dos conceptos que, estoy seguro, tienen mucho que decirle a un occidente que ya no sabe para dónde debe caminar. Estos conceptos son el dualismo como piedra angular de toda la construcción filosófica indígena, y el “buen vivir” o sumak kausay como aspiración ético-política.

Los pueblos andinos, y en general los de toda la América indígena, entienden el mundo como el resultado de la interacción de dos fuerzas opuestas y complementarias, de “pares proporcionales”, como lo explica Javier Lajo. Arriba-abajo, hombre-mujer, frío-caliente, ácido-alcalino, vida-muerte, son los ejemplos con los que la naturaleza nos habla para explicarnos este principio básico. Las palabras quechuas con las que los andinos trabajaron esta noción son “Pachacamaq” y “Pachamama”. Podríamos decir algo así como que Pachacamaq es el espíritu que da vida (camaq significa “animar”) y Pachamama es la materia: es decir, son conceptos metafísicos, no “dioses” como me enseñaron en el colegio.

Occidente también es dualista: Cuerpo-espíritu, racional-irracional, cielo-infierno, Dios-Diablo, son conceptos con los que los Europeos trataron de comprender el hecho de que el mundo está organizado en pares opuestos. El problema es que, al asociarse al par Bueno-Malo, dejan de ser complementarios y se considera que una de las dos fuerzas debe prevalecer, mientras que la otra debe ser derrotada. Esta es la falla de fábrica del pensamiento occidental. Échele un poquito de tecnología, retire la prudencia griega y la culpa cristiana, y ¡listo! tiene usted el capitalismo: el sueño fantástico de que el placer vencerá sobre el dolor, la belleza sobre la fealdad, la riqueza de las naciones sobre la pobreza de la vida sencilla y el Estado o el mercado sobre todas las contradicciones. Las doctrinas de matriz europea, ya sean liberales, conservadoras o socialistas, aún no han podido deshacerse de este esquema.

Sin embargo, no es que el pensamiento andino carezca de un cierto concepto del “bien” y el “mal” o, mejor aún, no es que no haya una noción del “deber-ser” o de lo que sería una vida buena. Nunca me ha gustado la metafísica, así que vayamos de frente a las implicancias éticas y políticas de esta manera de entender el mundo.

Si el mundo es producto de la constante pugna de fuerzas opuestas, el estado deseable es aquel en el que ambas se encuentran en armonía. La ética andina, como explica Josef Estermann, no está centrada en elaborar una especie de código de conducta para el individuo, sino en mantener el equilibrio y la reciprocidad en la colectividad; “la colectividad” se refiere en este caso al conjunto de relaciones entre seres, que incluye a la naturaleza.

Por eso la apuesta política es la de construir colectivamente el “buen vivir”, que no es sino el buscar y crear las condiciones materiales y espirituales para construir y mantener la vida armónica con la naturaleza. El sumak kausay es una aspiración, un “deber ser” social que es muy diferente de los conceptos occidentales de “desarrollo”, “progreso” o “modernización”. Como me explicó la ecuatoriana Magdalena León, “desarrollo” es “vivir mejor”: pero “vivir mejor” significa tener más bienes y comodidades, es decir, acumular riquezas generadas por otros o extraer recursos de la naturaleza en una forma que no es sostenible. Está lógica lleva a romper el equilibrio. La miseria y la opulencia conviviendo en una misma ciudad y la catástrofe medioambiental son los resultados de un modelo que es desequilibrado hasta un punto enfermizo.

La filosofía andina nos llama a una vida sencilla, sin un derroche consumista, sin desigualdades insultantes, sin acumulación de riquezas a costa del trabajo de otros. El pensamiento andino nos llama a saber equilibrar armónicamente las necesidades del individuo con el rol regulador de la comunidad. El mundo andino, qué duda cabe, tiene algunas de las respuestas que estamos buscando para construir el post-capitalismo, el post-desarrollo, para salir de esta “modernidad” que nos tiene atrapados.

Por supuesto, no se trata de ir a beber de las aguas puras y cristalinas de la filosofía pre-hispánica, pues ellas no existen. Lo que ahora podemos conocer como pensamiento indígena ha sido actualizado una y otra vez, reformulado, adaptado, como todo pensamiento. Además, como vemos, los andinos que caminaron por aquí antes que nosotros llegaron a conclusiones parecidas a las que encontraron otros pueblos: el ying-yang chino, la vida comunitaria en el ashram hindú o la búsqueda aristotélica de la “virtud” del justo medio nos lo demuestran. Por último, no se trata de botar al bebe con el agua sucia de la modernidad europea, pues por ahí que hay algunos aportes interesantes que provienen de occidente. ¿De qué se trata, entonces? De atrevernos a iniciar un verdadero y desprejuiciado diálogo entre culturas.

Y eso es lo que están haciendo hoy los propios pueblos indígenas. La Asamblea Constituyente de Ecuador acaba de aprobar, hace menos de un mes, el capítulo referido al “régimen de desarrollo” de la nueva Constitución. Allí, establece como objetivo del mismo lograr el “buen vivir”. Además, por primera vez en la historia consigna una declaración de derechos de la naturaleza. Es interesante ver que aquí se están usando conceptos de varias fuentes. Se continúa con la palabreja “desarrollo” para referirse al régimen por el cual la sociedad organiza sus recursos en torno a ciertos objetivos comunes; y se utiliza una fórmula que un amigo abogado calificó de “aberración jurídica” para darle a la naturaleza el mismo estatus de sujeto de derechos que tienen los seres humanos. Pero la noticia es que ¡eso está muy bien! Recoger lo mejor de todos los marcos culturales: eso es lo que nos corresponde hacer, y es otra cosa que nos enseñan los indígenas, siempre prestos a adaptarse y reinterpretar las cosas nuevas que les traen otros pueblos.

Nota: este documento ha sido elaborado con Ubuntu como sistema operativo y OpenOffice como procesador de textos y ha sido colgado en Internet usando Firefox como navegador. Todos son sistemas de software libre con código abierto y elaborados colectivamente por la comunidad de usuarios a nivel mundial. Otra economía, cooperativa, libre y solidaria, no solo es posible: ¡ya está siendo construida!

lunes, 16 de junio de 2008

Cánsate, Chichi

Acabo de ver el "reportaje" de La Ventana Indiscreta sobre el acto de relanzamiento de la Coordinadora Continental Bolivariana realizado el dìa viernes 13 en Quilca, en el centro de Lima. Esa noche estuve en ese evento, no porque comulgue con la CCB, sino porque el acto estaba convocado en solidaridad con Roque González, quien está preso hace cuatro meses por un delito de opinión, en lo que constituye una violación a sus derechos humanos más básicos.

Digo "reportaje" porque se trata de una pésima muestra de lo que pueden hacer los periodistas cuando su objetivo no es informar sino joder. Así de simple. Si no escuché mal, la reportera es Alexa Vélez: qué pena por ella, a quien han mandado a armar una nota llena de mala leche y escasa de información.

Recomiendo ver el reportaje, que supongo que será colgado mañana o pasado en www.agenciaperu.tv. Mientras, señalo algunas cosas que demuestran qué TONTO es, y qué tan tontos creen Chichi y compañía que somos los televidentes.

El reportaje empieza afirmando categóricamente que la CCB es el órgano político de las FARC en el Perú. Este es el equivalente exacto de la conferencia de prensa en la que "el maldito de Miraflores" Manuel Masìas presentó como delincuentes a cuatro ciclistas, sin que mediara sentencia ni prueba alguna. Sobre la CCB, lo exacto es que la Policía maneja la hipótesis de que es un brazo de las FARC, y que sus miembros lo niegan. Al menos mientras no haya sentencia, nada más se puede decir.

Acto seguido el reportaje se burla del hecho de que a las 5:30 pm, hora de la convocatoria, aún no había público. Las palabras están de más, ¿verdad? Qué penosa falta de argumentos.

En ese momento la reportera "descubre" que el evento "en realidad" tenía por objetivo lograr la liberación del "emerretista" Roque González. ¡Plop! Pero si eso formaba parte del correo electrónico de convocatoria.

De inmediato, se escuchan fragmentos de las alocuciones de los ponentes Raúl Wiener, Elsa Malpartida y Dante Castro. Por ejemplo, Wiener dice que "la computadora de Raúl Reyes es como las armas de destrucción masiva de Irak: son montajes mediáticos que de tanto transmitirse terminan haciendo creer a mucha gente que algo de verdad tienen". Y la reportera comenta que para Wiener solo es verdad lo que se ajusta a su ideología... cuando eso es, justamente, lo que les está pasando a los que creen que es verdad todo lo que diga la computadora de Reyes aunque no haya ninguna otra prueba de ello.

Luego, la reportera dizque trata de entrevistar a Wiener, pero no le deja hablar. Y aquí viene una secuencia tontísima del reportaje:
REPORTERA: ¿Es usted miembro de la CCB?
WIENER: En absoluto, no.
REPORTERA: Sin embargo, ahora le han tratado de compañero...
--FRAGENTO DE CONFERENCIA EN EL QUE DANTE CASTRO SALUDA A WIENER- Y agradecemos la presencia del compañero Wiener...
Con esta secuencia la reportera trata de "demostrar" que el hecho de que Castro se refiera a Wiener como "compañero" significa que este último es miembro de la CCB. ¿Ignorancia? Puede ser, pero lo más probable es que sea mala leche. Por si acaso, vamos informándole a la señorita Velez que dentro del campo de izquierda nos llamamos "compañeros" los unos a los otros, independientemente de en qué organización militamos.

Y luego la reportera continúa con otras sandeces parecidas que no aportan ningun información.

Una vez que culmina el "reportaje", Cecilia Valenzuela lo comenta y sentencia: "La CCB es el brazo del narcoterrorismo de las FARC y su dirigente en el Perú es el emerretista Roque González: eso está comprobado". ERROR. Eso NO está comprobado: repetimos: esa es la denuncia del Fiscal, denuncia que muchos consideramos, a la luz de las pruebas mostradas, ¡absurda! Y, mientras no haya sentencia judicial, Roque es inocente: ¿no recuerdas aquello del debido proceso y la presunción de inocencia, que forman parte de la democracia que tú tanto defendías en una época, Cecilia? ¿O ahora, además de periodista, eres jueza?

Ya abúrrete Cecilia. De veras. O haz investigaciones más serias en las que puedas demostrar algo aunque sea. ¿No te da roche ser la vocera de Alfonso Ugarte? ¿La publicista de los inútiles Octavio Salazar y Alva Castro?

viernes, 13 de junio de 2008

El Golpe y el Paro

La Palabra Ingenua 13/05/2008
Por runa, comunidad del río hablador

El Golpe y el Paro

Sin darme cuenta pasaron las semanas, me dejé asaltar por mil ocupaciones y ahora veo que nuestra última ingenuidad la dijimos el 18 de mayo. Y viendo que la realidad no espera y los temas se acumulan, al fin pude hacerme un espacio para una breve lectura del mes, mirando las fantasías que surgen en las alturas del Poder y las contradicciones que se viven en el seno de las organizaciones.

Desde arriba” el notición mediático ha girado en torno al Congreso y a su incapacidad para discutir los temas políticos de la reforma constitucional, y a su falta de voluntad para discutir los económicos. Coyuntura perfecta utilizada por el aprismo, a través de la postura “individual” de Aurelio Pastor, para retomar una propuesta que ya el propio Alan García hiciera cuando era aún candidato: cerrar el Parlamento.

Esta noticia no puede ser tomada a la ligera. Desde que Alan decidió obviar su promesa de “cambio” y contentarse con “poner orden”, la represión ha sido cada vez más abierta, sostenida y descarada. Además, algunos elementos parecerían estar repitiendo el proceso previo al autogolpe del 92, en especial un rol “fiscalizador” de las instituciones del “sistema democrático” que no permite pasar por agua tibia algunas leyes importantes para el Ejecutivo. La semana pasada la Comisión de Constitución del Congreso recomendó derogar los decretos 982, 983 y 989, el marco legal que hemos venido denunciando por criminalizar la protesta y autorizar los “excesos” policiales. En la misma semana el APRA no logró aprobar su propuesta referida a las utilidades mineras, y la Defensoría del Pueblo presentó una acción de inconstitucionalidad contra el DL 1015 que promueve la venta de las tierras comunales. Los escandaletes del cierre de la legislatura, que también impidieron la aprobación de reformas promovidas por el APRA, sólo son el punto más álgido y más publicitado de un mes en el que ha quedado claro que la “democracia” es un obstáculo para los planes de la alianza APRA-derecha económica.

Sin embargo, como decía el viejo Marx, las cosas en la historia ocurren dos veces: la primera como tragedia, la segunda como comedia. Y un autogolpe con el binomio Alva Castro / Octavio Salazar a la cabeza de la Policía sería poco menos que un remedo del que protagonizaron Montesinos, Hermoza y Fujimori. Este segundo aprismo se ha dedicado a la represión, es cierto. Pero su ineficiencia es increíble: sus presos están siendo liberados por la Justicia, la Fiscalía está investigando a sus sicarios y sus decretos están siendo derogados.

Junto con el palo, la zanahoria: la otra noticia importante ha sido que según Renán Quispe hay 5% menos pobres que el año 2006. Es una buena noticia, cómo no: un poco más de gente vive con más de 230 soles. No voy a discutir sobre números, no porque no sea mi campo sino porque me parece poco relevante. ¡Claro que el modelo escogido por el Gobierno tiene la capacidad de incluir a más personas en el mundo del consumo! Si el capitalismo no tuviera nada que ofrecerle a la gente a parte de miseria, entonces no tendría 200 años de hegemonía. La crítica histórica desde la izquierda nunca fue que el capital fuera ineficiente, sino que era injusto. En efecto, ahora tenemos un 5% más de personas trabajando en horarios espantosos por un sueldo de hambre pero que le permite sobrevivir; y mientras trabajan, generan una riqueza de la que no pueden gozar porque los inversionistas se la apropian de manera privada y se hacen cada vez más ricos. ¿Aumenta el consumo? ¡Claro! ¿Se resuelven las contradicciones sociales? En absoluto.

Pero el anuncio genera un escenario complejo para quienes cuestionamos el modelo, pues refuerza la sensación de los sectores medios que votaron por García el 2006 acerca de que estamos en “el camino correcto”. Millones de personas están hartas del modelo, que concentra riqueza y no genera empleo de calidad: por eso hay paros, tomas, cortes de ruta y, ¡por eso! el Estado reprime. Pero en Lima es fácil construir una imagen en la cual “el Perú avanza” y los únicos quejones son esos malditos perros del hortelano que no representan a nadie, a nadie le han ganado y no quieren dejar que nos desarrollemos porque viven de la existencia de “los pobres”. Este discurso triunfalista e intolerante es muy peligroso porque constituye un escenario en el que podría construirse una débil legitimidad para un proyecto autoritario más explícito.

Miremos ahora “abajo a la izquierda”, siguiendo la expresión acuñada por los zapatistas. En nuestra ingenua palabra de hace cuatro semanas plateábamos que el movimiento social salió fortalecido de la Cumbre de los Pueblos y que ahora su tarea inmediata es el Paro Cívico-Popular del 9 de julio. El Paro, en todo caso, no es un fin en sí mismo sino un momento de expresión social que se ubica dentro de un proceso de acumulación de fuerzas: es en esa medida que es importante. Por lo tanto, será útil siempre que ayude a fortalecer la unidad en la acción, que sepa dialogar con las demandas del “ciudadano de a pie” y que establezca una voz propia desde las organizaciones.

Uno de los aspectos más problemáticos es la unidad en sí misma, pues la izquierda peruana tiene una tendencia atávica al divisionismo. Variopintos sectores del movimientos social y político están metidos en diferentes procesos de unidad, articulación y trabajo en común. Pero las tensiones internas son enormes y además son las de siempre: entre “reformos” y “revolucionarios”, entre “oegenés”, “partidos” y “movimientos”, entre organizaciones más ideologizadas y más pragmáticas, con debates importantes acerca de qué tan a la izquierda o qué tan hacia el centro conviene llevar esta unidad.

Tras la Cumbre de los Pueblos, Pedro Francke escribió el artículo de balance más serio y sistemático que he leído. En él, se plantea este punto y sugiere buscar acercamientos con posturas hacia el centro. Pone un mal ejemplo, pues se refiere a sectores que ni siquiera estarían interesados en juntarse con los “perros del hortelano” (recordemos que Yehude Simons dijo que no participaría en la Cumbre porque era un acto político - ¿y acaso el no es político?). Pero su argumento no es malo, pues tiene que ver con la capacidad de este movimiento social ascendente para legitimarse ante sectores medios medio conservadores, cuyo apoyo en algún momento será importante. Sin embargo pienso que en este momento, así como el Gobierno se decanta hacia la derecha, a los movimientos nos corresponde desterrar las ambigüedades y reconstruir un discurso y una práctica claramente de izquierda. Cuando esa etapa esté concluida (y a las justas se ha iniciado) recién se podrá ver con qué sectores se necesita tejer alianzas tácticas.

Esto se relaciona con otro punto que mencionábamos y que también señala Francke: los riesgos de caer en el “vanguardismo”, es decir, establecer una plataforma de lucha básicamente ideológica o principista y perder de vista las exigencias pragmáticas de la gente y, sobretodo, el realismo político. Sin embargo el peligro es doble. Uno es, efectivamente, el del vanguardismo, que lleva a una incapacidad de comunicación con el público común y corriente que busca soluciones para sus problemas, en vez de más problemas. Pero el otro peligro es más bien el pragmatismo, que en aras del realismo y de la correlación de fuerzas, posterga la construcción de un horizonte ideológico que se plantee transformar la realidad, que es la verdadera tarea. Ya hemos visto cómo en otros países la llegada al Estado de tal o cual grupo de izquierda ha sido un mero evento administrativo, pero la capacidad para cambiar las cosas ha sido mínima.

El otro aspecto que señalábamos es la relación entre lo social y lo político. La expresión más concreta: la tensión entre las organizaciones no partidarias y el Partido Nacionalista. Para hacernos una idea basta mirar el contradictorio papel que han jugado los nacionalistas en el debate sobre el reparto de las utilidades mineras. Debo decir que no comprendo en qué momento hemos terminado discutiendo “entre pobres”: regiones y trabajadores pelean por unas migajas de la torta minera y nadie se pregunta qué pasó con las regalías y el impuesto a las sobreganancias. Pero el PNP, lejos de jugar un rol de “liderazgo” político que ponga el debate en su verdadera perspectiva, terminó del lado de los Gobiernos Regionales y dándole la espalda a los trabajadores mineros, que constitucionalmente son quienes deben percibir ese 8% de utilidades. Este es sólo un ejemplo muy bueno de algo que es obvio: el nacionalismo no es el “brazo político” del movimiento social ni mucho menos. Sin embargo, es un aliado importante, que puede entre otras cosas bloquear leyes en el Congreso. Y entonces se plantea una eterna pregunta que en el Perú estaba ausente hace unos años por la virtual inexistencia de partidos electorales hacia la izquierda: ¿cuál debe ser la relación entre ambos espacios? Pedro Francke también toca el punto en su artículo, y propone separar a la Coordinadora Política de Coordinadora Social como una forma de darle autonomía a ambas dimensiones. En cualquier caso, es evidente que el movimiento social requiere una voz propia fuerte y clara para decir su propia palabra sin necesidad de intérpretes.


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