lunes, 29 de diciembre de 2008

"Feliz" 2009













"Feliz" 2009

2008 - 2009, años de la crisis financiera, alimentaria, climática, energética, ética... y de innumerables crisis personales y colectivas.

Las crisis son una puerta abierta al futuro.

Que los golpes y sonrisas del 2008 no enseñen a construir un 2009 con justicia, armonía y fraternidad.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Te lo agradezco, pero no

La Palabra Ingenua 04/12/2008
Por runa, comunidad del río hablador

Te lo agradezco, pero no

En su artículo del domingo, Jorge Bruce – rescatado por La República de las fauces de Fritz Du Bois, nuevo capitán de Perú.21 – hace una seria advertencia con relación a la reciente acción atribuida a Sendero Luminoso en Pumahuasi. Bruce dice que el asesinato de aquellos cinco policías “debería sacudirnos como una bofetada del letargo”, y que los limeños no deberíamos caer en la indiferencia, como lo hicimos durante la guerra interna. Nos llama a “sentir esas muertes como propias” pues “esos uniformados cayeron por defendernos a todos” en esta “guerra de la coca”. ¿La guerra de la coca? Agradezco la preocupación, doctor, pero esa no es mi guerra.

Comprendo el mensaje de Bruce. En los años 80, miles de peruanos morían en la carnicería de la guerra entre SL y el Estado, pero los limeños sólo nos dimos por enterados cuando los coches-bomba empezaron a estallar en Miraflores. Esa actitud no puede repetirse, a riesgo de caer en la misma indolencia e incapacidad de reacción.

Pero Bruce, citando a Jaime Antezana, bautiza esta como la “guerra de la coca”. Y eso lo cambia todo. Y tiene razón. No se trata de una guerra movida por la “lucha de clases” ni por el fanatismo ideológico, como la de los 80. Estuve en Tingo María la misma semana del atentado y pude escuchar con mis propios oídos la versión que todos manejan: actualmente, las dos columnas que Artemio dirige en la zona se mueven como agentes de seguridad de los traficantes de cocaína antes que como promotores de un alzamiento popular.

El tráfico de cocaína financia a las supervivientes huestes de Sendero en el alto Huallaga, y quién sabe también a las reorganizadas filas de Vizcatán. Ese mismo dinero también circula, y por montones, por nuestra fuerza policial. ¿Ha visto usted a los policías de tránsito realizar sus “operativos” cuyo única finalidad es coimear a vista y paciencia de todo el público usuario, y también de sus propios superiores? Ahora coloque mentalmente a esos mismos efectivos a cuidar las carreteras de la selva, por donde diariamente circulan cientos de miles de dólares en polvo. El resultado es obvio: para pasar hay que pagar, y allá todo el mundo lo sabe.

El dinero de la cocaína está en la política y está en las discotecas de San Isidro donde se oferta libremente este producto – y a las que asisten los hijos de congresistas, jueces y militares. El dinero de la cocaína está lavándose en hoteles, bancos y todo tipo de negocios. Es como la piratería, que se vende abiertamente en El Hueco, al frente de las oficinas de la Fiscalía y del Poder Judicial. Y es que si a un campesino se le paga 80 soles por arroba de coca y luego se vende en Nueva York un gramo de cocaína por cien dólares, ¡es imposible luchar contra ese negocio!

La “guerra de la coca” no es, como parece plantearlo Bruce en su artículo, la lucha entre “el narcoterrorismo” y las fuerzas del orden. Y tampoco es la lucha entre “el narcotráfico (que) infiltra y corroe a las élites del país” y los ciudadanos éticos que no se corrompen con el dinero sucio. No, no, nada de eso. La “guerra de la coca”, que en palabras de Gustavo Gorriti es nuestra propia “guerra de los 30 años”, es una doctrina impuesta por el prohibicionismo militarizante norteamericano, la estrategia más inútil del mundo para desincentivar un vicio cualquiera.

Es el mejor negocio del mundo convencernos de que esta es “nuestra” guerra. El negocio del narcotráfico es la guerra. El precio es alto gracias a que está prohibido, y solamente en esa medida es una fuente de enriquecimiento rápido, que es su gran atractivo. Para la Policía también es negocio que haya guerra y violencia. En el Alto Huallaga, Artemio tiene entre 40 y 60 hombres y el Estado tiene a 400 policías. ¿Cómo es posible que en tantos años aún no se haya desactivado esas dos columnas de SL? Muy sencillo: mientras haya estado de emergencia en la zona, las prerrogativas de la Policía son amplias... y la corrupción es más fácil. Y bueno, como ya hemos dicho, para el propio Sendero es indispensable que exista tráfico.

El consumo de cocaína no estaba penalizado internacionalmente antes de los 60, cuando EEUU logró imponer su burdo prohibicionismo en las Naciones Unidas. ¿Se ha reducido el consumo desde entonces? Al contrario: no ha hecho sino crecer, al mismo tiempo que han crecido las ganancias del negocio y la violencia asociada a él. No hace falta recurrir a las cifras para demostrar que la “guerra de la coca” es un tremendo fracaso para los que quieren reducir el consumo de cocaína, y es un enorme éxito para los que se enriquecen con el tráfico de droga y de armas.

¿Qué pasaría si se despenalizara? Probablemente, el consumo no aumentaría de manera significativa, más aún considerando que sigue siendo una práctica social y médicamente desincentivada. Pero sí desaparecería la violencia del narcotráfico, pues no tendría sentido comprar armas para defender un negocio legal. También desaparecería la corrupción, pues no sería necesario comprar jueces, policías ni guerrilleros. Por último, se desfinanciarían una serie de actividades que giran alrededor de la cocaína, incluyendo a los movimientos alzados en armas. Es decir, dejarían de morir muchachos y campesinos en una guerra absurda que no es suya, así como no es nuestra. Adicionalmente, si el negocio es legal es también regulable, y sus trabajadores pueden gozar de derechos al mismo tiempo que el Estado puede recaudar tributos que podría usar, por ejemplo, para una intensa campaña contra el consumo irresponsable de drogas.

No podemos sino removernos por el asesinato de los cinco policías en Pumahuasi y también por las aparentes ejecuciones de campesinos en Río Seco. No podemos sino sentirnos muy alertas ante la posibilidad de que una injusticia social persistente, un fanatismo nunca bien curado y un siempre boyante negocio de la coca se vuelvan a combinar para producir una nueva etapa de violencia. Pero tampoco podemos caer en la trampa y asumir como nuestra la causa anti-coca. Todas las guerras son lamentables, crueles y estúpidas, todo a la vez. Pero la “guerra de la coca” es doblemente estúpida, y no por eso menos lamentable ni menos cruel.


Nota: el documento original ha sido elaborado con OpenOffice.org Writer como procesador de textos. Utilice y difunda software libre: ¡No al monopolio corporativo de Microsoft y compañía!

martes, 2 de diciembre de 2008

La computadora mágica no tenía correos

¿Y ahora qué dirá la Chichi?

No suelo postear noticias aparecidas en otros medios, pero en este caso la importancia de esta información, que seguramente no rebotará masivamente, es evidente. Decenas de investigaciones judiciales y linchamientos mediáticos están en curso en el Perú y en Colombia por culpa de la "computadora mágica" de Raúl Reyes. Esta computadora era la única en el mundo que tenía la capacidad no solo de resistir bombardeos aéreos sino además de seguir la coyuntura de cada país de manera muy conveniente para ciertos intereses políticos. Ahora esta fábula se cae: el autor colombiano del informe policial sobre dicho artefacto reconoce que no encontró ni un solo correo, solo documentos de word que no sirven para comprobar ningún tipo de comunicación.

¿Entonces?

El artículo original está aquí.

Lo único que me apena es comprobar que los "izquierdistas" de las FARC no usan Linux :P

Policía científica colombiana reconoce que el computador de Raúl Reyes no tenía correos electrónicos

Yvke


El capitán Ronald Ayden Coy Ortiz, quien hizo el informe de la policía científica sobre el computador, admitió bajo juramento que el supuesto equipo de Reyes no contenía correos electrónicos sino "documentos de Word". Esto podría dejar sin curso la investigación contra María Augusta Calle, William Parra y otros acusados de recibir correos del líder guerrillero, pues no hay forma de probar que esos documentos fueron enviados.

Un capitán e investigador antiterrorista de la DIJIN (policía científica de Colombia), Ronald Ayden Coy Ortiz, quien elaboró el informe del computador que el Ejército de Colombia afirma haber encontrado en el campamento de Raúl Reyes, declaró bajo juramento ante la Fiscalía que no encontró correos electrónicos en dicha computadora. "Sólo habían documentos de Word", indica el noticiero del Canal Uno de Colombia.

Al preguntársele: "Informe al despacho si ustedes (el DIJIN) hallaron en los elementos electrónicos incautados a Raúl Reyes, archivos correspondientes a los correos electrónicos enviados y recibidos por él", el capitán Coy respondió: "Pantallazo de correo electrónicos no se han hallado hasta el momento. Se han hallado gran cantidad de direcciones que pertenecen a correos electrónicos, pero Reyes almacenaba la información en Word y de programas Microsoft".

El gobierno de Colombia había sostenido hasta ahora que el computador contenía miles de correos enviados por el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), quien murió al ser bombardeado ilegalmente su campamento por los militares neogranadinos en Ecuador en marzo.

Ello les permitió iniciar juicios contra los parlamentarios Piedad Córdoba, Wilson Borja y Gloria Inés Ramírez; el ex asesor de paz Lázaro Vivero; el director del semanario Voz, Carlos Lozano; el periodista de Telesur William Parra; la directora de una ONG, Liliana Patricia Obando; el ex candidato presidencial Álvaro Leyva, el investigador estadounidense James Jones y el ciudadano Amilcar Figueroa, de Venezuela.

"La declaración podría dejar sin curso la investigación" contra los incriminados por el contenido del computador, ello porque "los documentos de Word no sirven para demostrar que hubo correos cruzados del cabecilla guerrillero con los investigados", según indicaron en Canal Uno. Los abogados que representan a los mencionados en el computador, pedirán que se declare nula la prueba de los correos electrónicos, porque según la declaración del capitán, no hay forma de probar que hayan sido enviados o recibidos, porque los archivos de Word no sirven para probar que hubo intercambio de comunicaciones.

Juan Manuel Santos, ministro de Defensa neogranadino, insistió en la existencia de los correos electrónicos y dijo que quienes quieren negarlo son los implicados. "Los correos son prueba ya inclusive en España".

El 1º de marzo pasado, un escuadrón del Ejército colombiano ingresó de forma ilegal a territorio ecuatoriano y atacó un campamento de las Farc, donde asesinaron a 25 personas, entre ellas varios civiles de México y Ecuador. Tres jóvenes sobrevivientes declararon que las fuerzas colombianas remataron a varias personas por la espalda y que todos estaban desarmados en el momento del ataque. Desde ese momento, las relaciones diplomáticas entre ambos países se encuentran suspendidas.

Luego de este hecho, la Interpol presentó un informe sobre las supuestas computadoras.

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