miércoles, 31 de octubre de 2007

El síndrome del estatizador arrepentido

La Palabra Ingenua 31/10/2007
Por runa, comunidad del río hablador

El síndrome del estatizador arrepentido

¡Alan! ¡Qué bueno que por fin te hayas animado a explicarnos a dónde va tu Gobierno! Con ese artículo tan bueno que has escrito el domingo 28 en El Comercio, ¡por fin tenemos con quién debatir! Espero que comprendas mi emoción: casi durante un año y medio de tu segunda presidencia no sabíamos con quién debíamos discutir: había tantas contradicciones entre los rollos de los distintos funcionarios, y más aún entre vuestros rollos y vuestra práctica, que uno quedaba desconcertado. Y, bueno, en tu último mensaje a la Nación nos atosigaste con cifras y datos duros que no permitían comprender el kid del asunto. Pero ahora has delineado punto por punto tu estrategia para el desarrollo del país, y no puedo sino felicitarte por eso. Te confesaré, además, que es mucho más interesante comentar tus nuevas posturas sobre política económica (tan distintas de tus tiempos de estatizador de la banca) que investigar por qué demonios tus ministros no pueden comprar ni una bomba lacrimógena.

La primera pregunta que me surge es qué hubiera pasado si el contenido de tu artículo del domingo hubiera sido tu propuesta de campaña en las elecciones. Ya pues hombre: en lugar de plantear que la segunda vuelta era entre el salto al vacío y el “cambio responsable”, nos hubieras dicho con franqueza que tu opción era la de radicalizar las reformas que impuso Fujimori en los 90. Cuando asumiste la presidencia anunciaste pomposamente el fin de las privatizaciones. Hubiera sido más transparente de tu parte decir “se acabaron las privatizaciones de empresas porque ya rematamos todo. Ahora viene la privatización de los bosques, la tierra, el subsuelo y el mar”.

Tarde, pues, compañero. Pero más vale tarde que nunca. Así que habremos de responderte y continuar con el debate que ha iniciado ayer en La República Pedro Francke. Pero antes de contarte lo que pienso sobre tu plan estratégico de venderlo todo al mejor postor, déjame pedirte un favor: la próxima vez que quieras iniciar un debate con los que no pensamos como tú, trata de no decirnos ni “perros” ni “comechados” ni “grupúsculos”. ¿Puede ser?

Lo primero que te diría es que tus propuestas no son tan novedosas que digamos. Desde que Raymondi dijo eso de que el Perú es un mendigo sentado en un banco de oro venimos oyendo hasta el cansancio que somos unos tontos o unos flojos que no sabemos usar nuestros recursos. “Que me den más sin que yo haga ningún esfuerzo”: esa frase es de tu último artículo. ¿Esa es la visión que tienes de los peruanos, tus gobernados, aquellos a quienes representas?

Lo segundo que te diría es que siempre llegas tarde, compañero. Cuando el neoliberalismo ya había hecho su ingreso arrollador en América latina, a tí se te ocurre estatizar la banca. Y ahora que más bien está de retirada y que a todos nuestros vecinos les ha quedado claro que el Estado debe cumplir un papel muy activo para orientar la inversión, a tí se te ocurre plantear la privatización de todo.

Porque, ojo, lo que estás planteando se llama privatización. En tu artículo dices que las concesiones, que son figuras por las cuales el Estado entrega un recurso en usufructo a un privado por un tiempo y en unas condiciones determinadas, no han servido para nada. Y propones bien clarito que lo que se necesita es la propiedad. Es decir, que cosas que ahora son públicas o tienen muchos dueños (los bosques, la tierra, el subsuelo, el mar) deberían pasar a unas pocas manos privadas. Y para ponerlo más bonito nos dices “empresas colectivas”, como para que no creamos que quieres favorecer a los malos capitalistas de siempre. ¡Ja! ¡Que buena! Tus “empresas colectivas” son los “fondos de pensiones”: las AFP. Es decir, tu propuesta consiste en vender los recursos de la Nación a Dionisio Romero, al BBVA o a la AFP del gordito simpático de Raúl Vargas.

Si tu propuesta es que unos pocos grupos económicos transnacionales que tengan en propiedad los recursos naturales para ponerlos “en valor”, pues eso ya lo hemos tenido antes. Por ejemplo, durante la República Aristocrática: para luchar contra ese modelo nació el APRA. Otro ejemplo: el odriísmo; ese fue el contexto de las guerrillas surgidas (también) en el seno del APRA Rebelde. Es decir, lo hemos tenido casi siempre y tamaña concentración de la propiedad no se ha traducido en bienestar para la población, lo que ocasiona contradicciones de clase muy fuertes, golpes, revueltas y revoluciones. Además, se trata de un modelo de desarrollo artificial, que nos hace dependientes del precio internacional de las materias primas. Pedro Francke señala que tu artículo demuestra que no te interesa promover la industria: para tí es suficiente que venga el capital extranjero a invertir en este país primarioexportador.

Tu primer ejemplo es la Amazonía. Planteas, para la extracción de madera, algo que probablemente nadie puede contradecir: “respetemos los bosques vírgenes (...) pero comencemos por los 8 millones de hectáreas que han sido convertidos en desierto” por la tala. ¡Bacán! A lo Antonio Brack, reforestamos, vendemos y la hacemos linda. Solo anoto dos elementos. Uno: ¿cómo te vamos a creer lo de “respetar los bosques vígernes” si acabas de presentar un proyecto que recortaría la reserva de Candamo para facilitar la extracción de petróleo? Dos: dices “comencemos”. ¿Por donde continuamos, señor ideólogo?

Sobre la amazonía dices también que hemos “inventado” al nativo no contactado. ¿Inventado? ¿Inventado? Oye, al menos podrías chequear las noticias: hace solo un mes pudimos ver imágenes de nativos en aislamiento voluntario cerca a la frontera con Brasil. Por último, afirmas que no deberíamos dejar que el petróleo peruano se quede “bajo tierra”. Pues bien: en Ecuador están promoviendo hoy día la figura de dejar el petróleo “bajo tierra” a sabiendas de que mucho mayor valor tienen los bosques si no se les destruye con la explotación del crudo. ¿Sabes por qué? Porque el petróleo es un recurso arcaico, obsoleto, que poco a poco representará el pasado de la humanidad (a menos que querramos que represente la tumba de la humanidad). Si tu propuesta de desarrollo consiste en entregarle la selva a las petroleras y zurrarte en los críticos porque, según tú, solo sabemos inventar obstáculos porque nos gusta joder... entonces tú estás en el siglo pasado.

Dejemos de la selva su encanto y analicemos tus planes para la sierra. Allí hay tres recursos que te apetecen y que no te dejamos comer: la tierra, los minerales y los ríos. Para la tierra lo que propones se llama contra-reforma agraria. Yo estoy seguro que muchos estarán felices: los antivelasquistas, los que creen que fue la reforma agraria (y no la crisis de la deuda, la destrucción del modelo de sustitución de importaciones, la guerra interna o esos pequeños detalles) lo que jodió al Perú. No voy a defender aquí la reforma de Velasco porque no viene al caso y porque supongo que para todos es evidente que la repartición de la tierra no significa de manera automática socialismo ni desarrollo. Menos aún cuando se hace tan antitécnica y burocráticamente como en el gobierno militar. Pero sí te voy a contar lo que vi hace poco con mis propios ojos y que me dice suficiente sobre los efectos de la concentración de la propiedad de la tierra. Estuve hace menos de un mes en Ica, en el caserío llamado “Camino de Reyes”, donde casi el 100% de las tierras es propiedad de “unos ingenieros”, como me decía la población. Allí se produce uva de la que se hace vino y pisco; también se cultiva espárragos y alcachofas que son para exportar. Casi todos los pobladores de Camino de Reyes trabajan allí, a destajo: los llaman cuando hay campaña y les pagan 12 soles por 12 horas de chamba, de 5 de la mañana a 5 de la tarde. No hay sindicatos. Tampoco hay agua ni desagüe. La única presencia del Estado es un colegio primario, unidocente y multigrado. Para los pobladores, la gran concentración no ha traído mucho beneficio que digamos: allí son los ingenieros los que se lo comen todo y no dejan comer a nadie más. ¿O pobreza o injusticia? ¿Esa es la dicotomía triste que nos planteas? No, Alan, así no son las cosas: hay formas de crear riqueza en equidad.

Un detalle, por cierto: es una mentira histórica decir que fue el Virrey Toledo quien “creó” la comunidad campesina. Toledo (el virrey) inventó las reducciones, pero la comunidad como forma de tenencia de la tierra es muy anterior. Y tampoco te creas que eres el primero que quiere destruirla: ese rollo de individualizar la propiedad lo venimos escuchando desde que Bolívar y San Martín quisieron “modernizarnos” e implantar el “liberalismo”. Y hasta ahora sigue allí, a pesar de todo. ¿Por algo será, no?

¡Y la minería! Según dices, es un tema del siglo pasado discutir si la minería contamina o no el medio ambiente. Pues no, fíjate: denuncias por contaminación minera las hay HOY DÍA en Estados Unidos (sí, sí), en Sudáfrica, en Indonesia, en Venezuela... ¡en todas partes! Si tú crees que no contamina allá tú: no es una cuestión de fe. Pero hay algo en lo que sí tienes razón: “eso depende de lo estricto que sea el Estado en la exigencia tecnológica”. Y justamente ha sido tú Gobierno, este año, el que ha relajado las exigencias para las mineras. ¿Cómo te vamos a creer, por favor? Otra cosa en la que tienes razón: en la mayoría de casos, el principal problema no es la contaminación sino la mínima participación de la localidad en los beneficios económicos que se generan con sus minerales. Pero ¡fuiste tú quien no se atrevió a poner el impuesto a las sobreganancias que habías ofrecido en campaña! Preferiste pasar el sombrero y crear un fondo que las propias mineras administrarán según les parezca. No te pases, pues: ¿ahora tú hablas de “negociar mejor”?

Para continuar dándote la razón, concluyo con los ríos. Dices, y es cierto, que ampliar la generación hidroeléctrica es una excelente opción pues se trata de energía “renovable, casi eterna y limpia”. Bacán. Lo que no comprendo es la necesidad de plantear modelos privatistas para ello. Dices: “eso tienen que hacerlo grandes capitales privados o internacionales que necesitan una seguridad de largo plazo para invertir miles de millones (...) Pero el perro del hortelano (sic) dice: ¿Por qué van a hacer dinero con nuestras caídas de agua? Mejor que lo haga el gobierno regional. Pero no dicen con qué dinero”. Pues sí: ¡mejor que lo haga el Gobierno regional! ¿Sabes por qué? No es un capricho: se trata de que hay algunas cosas que son mercancías (las medias, los caramelos, las computadoras) y otras cosas que son bienes públicos y necesidades sociales. Los ríos son bienes públicos; la energía, una necesidad social. Si es posible que ese tipo de bienes sea administrado por la colectividad, es mucho mejor. Y en el caso de la energía eléctrica eso es harto posible. ¿Con qué recursos, dices? A ver, dos ideas. Unos recursos se llaman canon, regalías e impuesto a las sobreganancias. Y otros recursos se llaman cooperación sudamericana: por ejemplo, si el Perú decidiera formar parte de la excelente iniciativa del Banco del Sur podríamos invertir en infraestructura de interés regional, como están haciendo Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador, Bolivia... Solo son dos sugerencias, como para apoyarte, ya que parece que por la edad estás falto de ideas y no te queda más que seguir los consejos de tus amigos Julio Favre y Aldo Mariátegui.

La cosa es clara: tu plan estratégico es entregar nuestros recursos naturales en propiedad a grandes grupos económicos transnacionales. Según tú, eso va a generar desarrollo. Además, según tú, “esa es la apuesta al futuro y lo único que nos hará progresar”. Según miles de peruanos más, que apostamos por el cambio y no por la radicalización del “neoliberalismo”, sí hay otras salidas y es posible otro desarrollo, con equidad, con generación de riqueza y en un proceso de integración subregional.

Nota: este documento ha sido elaborado con OpenOffice.org Writer como procesador de textos. Utilice y difunda software libre: ¡No al monopolio corporativo de Microsoft y compañía!

1 comentario:

Nativa dijo...

Definitivamente el presidente Garcia no va para atras ni para adelante,es indignate decir que no existen los no contactados, cuando es "vox populi" que existen comunidades NO CONTACTADAS o en AISLAMIENTO VOLUNTARIO, esto debido a diversos motivos, pero justo negar que existan estas comunidades no contactadas es una estrategia muy interesante pues según el convenio 69 de la OIT no se puede tocar la tierra ni el subsuelo, de las comunidades no contactadas, lo que nos dice la OIT es q como no se sabe exactamente cual es su ubicacion se hace una lotizacion imgainaria de donde podrian estar ubicados los terenos de estas comunidades nativas y nadie puede tocarlas pues tienen autonomia, lo màs interesante es que en algunas de estas lotizaciones se puede existir petroleo...en fin es algo que se debe tomar en cuenta e investigar màs...bueno ese en fin ese es el mal menor elegido por nuestro pueblo...y felicitaciones este articulo me a parecido muy interesante...NataliDg

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